Entrevistas

Emmanuel Zapata, Pentatlón: “Es un deporte muy emocionante”

Jueves 4 de Agosto de 2016
La historia de Emmanuel Zapata en Río 2016 no es una más. Será uno de los representantes de la Argentina en Pentatlón moderno (natación, esgrima, salto ecuestre, tiro y carrera) pero lo particular es que en la rama femenina, también, representando al país, competirá su esposa Iryna Khokhlova, ucraniana de nacimiento y argentina de sentimiento.

En una charla con Marketing Registrado, Zapata repasó sus inicios en este deporte y, claro, contó su singular historia de amor olímpico.

“Yo conocí al pentatlón con 16 años, cuando me enteré que estaban reclutando chicos para el equipo. Allí conocí al actual entrenador nacional y yo no sabía nadar, sólo era corredor de pista. Empecé a practicar y mi deporte y me encantó”, comenzó diciendo.

Y agregó: “Luego ingresé al Ejército y fue mi principal apoyo económico para sostenerme en este deporte. En esa época no existía el ENARD y el apoyo de la Secretaría de Deportes no era mucho”.

Luego, explicando más de sus inicios, contó: “En los primeros años me dediqué casi exclusivamente a nadar, hasta que tuve una marca competitivo. Esgrima, tiro y equitación los fui aprendiendo con los años, son deportes en los que te favorece la experiencia”.

El Pentatlón moderno es deporte olímpico desde 1909 y debutó en Estocolmo 1912, siendo una de las disciplinas más emblemáticas hasta el día de hoy.

“Cada disciplina da puntos para una tabla final, de la que surge el nadador. Se empieza por la natación con 200 metros libres, luego nos cambiamos y vamos a esgrima. Después está la prueba de equitación y luego se larga la prueba combinada de tiro y carrera, que un sistema que se puso en vigencia desde Londres”, añadió Zapata.

“Tiene mucha emoción. Se larga por hándicap, teniendo que tirar a una pizarra electrónica y no pudiendo correr hasta no pegarle a las cinco luces. Se corren ochocientos metros y se vuelve a tirar al blanco, cuatro veces”, concluyó sobre el deporte.

En 2009, Emmanuel conoció a Yrina, seguramente sin imaginar el futuro que tendrían juntos.
“La conocí en 2009, en un torneo. Yo no hablaba inglés y pasaron dos años hasta que en un Mundial en Argentina en 2011, nos pusimos a charlar en los momentos libres. Cuando coincidíamos en los entrenamientos en el exterior sí ya comenzamos a salir y luego nos pusimos de novios”, dijo.

“Yo iba a Ucrania, ella venía a la Argentina y así estuvimos un tiempo, hasta que nos presentamos nuestras familias”

“Nos casamos a fines de 2014 y la Federación Argentina de Pentatlón comenzó las negociaciones para que pudiera competir para Argentina. Se pagó una penalización y le pedimos al Comité Olímpico Internacional que intercediera. Finalmente la autorizaron a competir y la historia tiene un final feliz”, finalizó.
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