Según el serbio, menos de 400 jugadores profesionales logran vivir del tenis. La gran diferencia con otros deportes es que son contratistas independientes. Esto significa que los tenistas deben cargar con todos los gastos de su profesión. Mientras que un jugador de fútbol tiene cubiertos los entrenadores, vuelos, hoteles y elementos para practicar, el jugador de tenis debe cargar con el 100% de estos gastos.

Quienes están dentro de los 100 mejores del ranking clasifican a los grand slams, que son los torneos que más dinero entregan. Pero apenas quedan relegados de estos eventos la situación se torna bastante complicada. La ATP lanzó un programa llamado "Baseline" (línea de base), que consiste en garantizar un nivel de ingreso básico para los 250 primeros jugadores del ranking. Quienes estén top 100 y generen menos de 200.000 dólares, la ATP cubrirá la diferencia. Luego pasa a 100.000 dólares para los puestos 101 a 175 y 50.000 de 176 a 250. Lo más interesante es que también cubren la diferencia en caso de que el jugador sufra una lesión.


La contracara de esta situación son los altos márgenes de ganancia de los torneos. El US Open destina sólo el 13% de sus ingresos a los premios de los jugadores y Wimbledon también lo hace por menos del 20%. Djokovic está intentando cambiar esto a través de la asociación. La búsqueda es que los jugadores se queden con una porción más grande de la facturación del ecosistema.



Fuente: El Negocio Del Deporte.