El jueves por la mañana, Roger Federer conmocionó al mundo del deporte con el anuncio de su retiro, que se efectivizará luego de la Laver Cup, a disputarse entre el 23 y 25 de septiembre, en la que el Rey formará parte del equipo europeo. Serán los últimos golpes que se puedan apreciar de Roger, que hace mucho tiempo no pisa una cancha.


Su último partido oficial fue el 7 de julio de 2021, hace más de un año. Y fue una tarde para el olvido: por los cuartos de final de Wimbledon, el torneo donde se vio su mejor versión, cayó ante Hubert Hurkacz por 6-3, 7-6 (4) y 6-0. La última vez que había perdido en ese torneo en tres sets, es decir, sin ganar ningún parcial, había sido en 2002. Y recibió el quinto 6-0 de su carrera.

Ese día fue el principio del final definitivo, pero solo un capítulo más de una crónica anunciada que había iniciado algunos años atrás. En 2016 Federer, que hasta ese momento había registrado apenas dos lesiones en su carrera, se rompió los meniscos de la rodilla izquierda. Tras varios meses de recuperación, volvió y llegó a semifinales de Wimbledon, pero luego se resintió y estuvo out hasta 2017.


Una vez de vuelta en el circuito, el suizo tiró otros largos y exitosos años, hasta que en 2020 sorprendió con el anuncio de que debía operarse la rodilla por molestias acarreadas. Aunque esta vez, la derecha. Tras la intervención quirúrgica y el proceso de rehabilitación, reapareció en Wimbledon 2021, sin saber que allí daría su última función.

Luego de más de un año, Roger no pudo seguir peleando contra sus rodillas y decidió ponerle fin a su trayecto. Estaba previsto que participe del Swiss Indoors de Basilea en octubre, pero él mismo confirmó que en la Laver Cup pegará sus últimas pelotas.