Viernes 8 de Septiembre de 2023
Regresa el Mundial de Rugby y lo hace en uno de los lugares con más tradición en la disciplina, Francia, que vuelve a albergar la cita 16 años después. El torneo, que se extenderá hasta el 28 de octubre, dejará un impacto económico en el país de 2.900 millones de libras (3.392 millones de euros), según un informe elaborado por World Rugby y la consultora EY.
El país recibirá en sus nueve sedes a los veinte combinados nacionales clasificados, que competirán por hacerse con el título de campeón del mundo y por una bolsa de premios que, aunque no se ha confirmado oficialmente, repartirá alrededor de 6 millones de dólares (5,6 millones de euros) al equipo ganador y cuyo reparto general estará por encima de los 20 millones de dólares (18,6 millones de euros) de Japón 2019.
Las previsiones apuntan a que más de 600.000 personas acudirán al país galo, con un gasto medio por viajero que superará los 3.000 euros. El presupuesto del campeonato es de alrededor de 400 millones de euros, dos tercios de los cuales están reservados para la propia ejecución del Mundial, mientras que el resto será donado a la Federación Internacional de Rugby (World Rugby). Por su parte, el organismo internacional ha desembolsado durante el periodo 2020/23 más de 565 millones de libras (661 millones de euros). Asimismo, los ingresos esperados apuntan a alrededor de 800 millones de euros y a unas ganancias de entre 45 millones y 50 millones de euros, tal y como aprobó la junta directiva del comité organizador el pasado febrero.
El comité organizador de Francia 2023 hizo los deberes en el plano comercial. Ya en 2020 el Mundial había recaudado 60 millones de euros gracias a las ventas de patrocinios nacionales, ocupando así los ocho espacios para socios locales que se reserva la federación anfitriona. Entonces, Claude Atcher, director ejecutivo del comité organizador, aseguró que “compramos el programa de asociación por 30 millones de libras (35 millones de euros) a World Rugby y hoy casi hemos duplicado el valor de compra. Estamos prácticamente en 60 millones de euros”. Finalmente, GL Events, SNCF, Loxam, Proman, Vivendi, Orange, TotalEnergies y GMF son los ocho socios nacionales del certamen.
Sumando la inversión de los spónsors globales, se estima que generarán 143,75 millones de dólares (133,7 millones de euros), por las 38 marcas asociadas a la organización. Entre los socios globales, se encuentran Société Generale, Mastercard, Asahi, Capgemini, Defender o Emirates.
En cuanto a las selecciones que acuden al campeonato, Macron demuestra su poderío en el rugby como proveedor técnico más utilizado con presencia en el 35% de las selecciones. Además, se mantienen alguno de los patrocinadores principales más fieles como O2 en el frontal de la camiseta de Inglaterra, Vodafone como socio principal tanto de la selección de Irlanda como de Gales, y Visa en el frontal de la camiseta de Los Pumas, la selección argentina.
Otra de las patas de ingresos del evento es el ticketing. Si en la anterior edición, celebrada en Japón en 2019, se alcanzó el 99% de capacidad en los estadios con más de 1,7 millones de entradas vendidas, Francia no se quiere quedar atrás. En este caso, los ingresos por ticketing se cifran en 233,08 millones de dólares (216 millones de euros). Presenciar en directo un partido de costará entre 40 euros y 1.000 euros, y se calcula que entre 1,6 millones y 2,6 millones de personas acudirán a los estadios a lo largo de los 48 encuentros del Mundial.
A nivel audiovisual, el campeonato celebrado en tierras niponas marca la línea a seguir tras alcanzar una audiencia acumulada de más de 850 millones de espectadores en todo el mundo, un 26% más que en Inglaterra 2015. Para incentivar el aumento de audiencias, World Rugby ha anunciado el lanzamiento de su OTT, RugbyPass TV, asegurando así la cobertura en directo para países en los que no existen acuerdos o donde los titulares de derechos no ofrecen todos los partidos en vivo.
El país recibirá en sus nueve sedes a los veinte combinados nacionales clasificados, que competirán por hacerse con el título de campeón del mundo y por una bolsa de premios que, aunque no se ha confirmado oficialmente, repartirá alrededor de 6 millones de dólares (5,6 millones de euros) al equipo ganador y cuyo reparto general estará por encima de los 20 millones de dólares (18,6 millones de euros) de Japón 2019.
Las previsiones apuntan a que más de 600.000 personas acudirán al país galo, con un gasto medio por viajero que superará los 3.000 euros. El presupuesto del campeonato es de alrededor de 400 millones de euros, dos tercios de los cuales están reservados para la propia ejecución del Mundial, mientras que el resto será donado a la Federación Internacional de Rugby (World Rugby). Por su parte, el organismo internacional ha desembolsado durante el periodo 2020/23 más de 565 millones de libras (661 millones de euros). Asimismo, los ingresos esperados apuntan a alrededor de 800 millones de euros y a unas ganancias de entre 45 millones y 50 millones de euros, tal y como aprobó la junta directiva del comité organizador el pasado febrero.
El comité organizador de Francia 2023 hizo los deberes en el plano comercial. Ya en 2020 el Mundial había recaudado 60 millones de euros gracias a las ventas de patrocinios nacionales, ocupando así los ocho espacios para socios locales que se reserva la federación anfitriona. Entonces, Claude Atcher, director ejecutivo del comité organizador, aseguró que “compramos el programa de asociación por 30 millones de libras (35 millones de euros) a World Rugby y hoy casi hemos duplicado el valor de compra. Estamos prácticamente en 60 millones de euros”. Finalmente, GL Events, SNCF, Loxam, Proman, Vivendi, Orange, TotalEnergies y GMF son los ocho socios nacionales del certamen.
Sumando la inversión de los spónsors globales, se estima que generarán 143,75 millones de dólares (133,7 millones de euros), por las 38 marcas asociadas a la organización. Entre los socios globales, se encuentran Société Generale, Mastercard, Asahi, Capgemini, Defender o Emirates.
En cuanto a las selecciones que acuden al campeonato, Macron demuestra su poderío en el rugby como proveedor técnico más utilizado con presencia en el 35% de las selecciones. Además, se mantienen alguno de los patrocinadores principales más fieles como O2 en el frontal de la camiseta de Inglaterra, Vodafone como socio principal tanto de la selección de Irlanda como de Gales, y Visa en el frontal de la camiseta de Los Pumas, la selección argentina.
Otra de las patas de ingresos del evento es el ticketing. Si en la anterior edición, celebrada en Japón en 2019, se alcanzó el 99% de capacidad en los estadios con más de 1,7 millones de entradas vendidas, Francia no se quiere quedar atrás. En este caso, los ingresos por ticketing se cifran en 233,08 millones de dólares (216 millones de euros). Presenciar en directo un partido de costará entre 40 euros y 1.000 euros, y se calcula que entre 1,6 millones y 2,6 millones de personas acudirán a los estadios a lo largo de los 48 encuentros del Mundial.
A nivel audiovisual, el campeonato celebrado en tierras niponas marca la línea a seguir tras alcanzar una audiencia acumulada de más de 850 millones de espectadores en todo el mundo, un 26% más que en Inglaterra 2015. Para incentivar el aumento de audiencias, World Rugby ha anunciado el lanzamiento de su OTT, RugbyPass TV, asegurando así la cobertura en directo para países en los que no existen acuerdos o donde los titulares de derechos no ofrecen todos los partidos en vivo.