Jueves 7 de Abril de 2022
El rugby argentino fue sin duda uno de los deportes nacionales que más sufrió durante la pandemia. Luego de décadas de trabajo para instalarse en la elite del rugby, los meses de inactividad trajeron inevitables retrocesos de un deporte donde el nivel profesional se nutre principalmente de los clubes amateurs que debieron parar sus actividades por la situación sanitaria del país.
Gabriel Travaglini asumió como nuevo presidente de la Unión Argentina de Rugby hasta 2026 y sucederá a Marcelo Rodriguez, quién estuvo en el cargo los últimos 4 años y quién tuvo justamente a Travaglini como vicepresidente primero por lo que ya conoce el camino que se encuentra atravesando el rugby en nuestro país.
“No hay muchos objetivos establecidos porque estamos continuando el proceso iniciado en 2018 y que seguía los pasos de aquél de 2014. Hoy los productos son los equipos y nuestro producto es el factor humano, la gente.” afirmó el dirigente en diálogo con Milenium Sports.
La pandemia fue algo inesperado para todos y también para la UAR, que debió tomar medidas inesperadas con los equipos en plena competencia: “El día 14 de marzo (de 2020) teníamos a Jaguares a punto de enfrentar a Highlanders en Nueva Zelanda y al Seleccionado M-18 haciendo la entrada en calor en Santa Fe; ese día decidimos cancelar todo. En dicha reunión pensábamos que todo se iba a solucionar para julio o agosto pero no fue así.” afirmó.
El Covid-19 reforzó la idea de Nueva Zelanda y Australia de dejar de jugar contra las franquicias de Sudáfrica y Argentina y en 2020 ambos países crearon sus propios torneos, Super Rugby "Aotearoa" y "Australia" respectivamente, para no quedar inactivos, para luego en 2021 unificarse y hacer un nuevo torneo con la participación de equipos de Fiji e Islas del Pacífico.
En Argentina sin embargo el trabajo nunca se detuvo. Las labores de la Unión Argentina de Rugby se encargaron de estar cerca de las Uniones y los clubes para continuar con los entrenamientos de la manera que sea: “Lo que hicimos ese año fue estar muy en contacto con las uniones. Tuvimos cerca de 31 o 32 reuniones por Zoom para brindar soluciones a sus inquietudes. Por supuesto también planificamos la vuelta al juego.”
En cuanto al rugby amateur argentino, muchos jugadores vieron la inactividad como una razón para colgar los botines por diferentes circunstancias, sin embargo la vuelta a la normalidad volvió a elevar el nivel de jugadores y los resultados fueron muy positivos: “En 2019 teníamos 70 mil jugadores desde M-15 a Plantel Superior en todo el país; con la llegada de la pandemia y el tiempo de inactividad, este 2022 tenemos 60 mil. No es por desmerecer esos 10 mil pero logramos una gran suma de jugadores que estaban parados y se habían alejado por la pandemia.”
Otra de las aristas que tuvo un gran crecimiento en los últimos años fue el rugby femenino. La representación de Las Yaguaretés con la camiseta albiceleste lleva el mismo camino que el rugby masculino, la materia prima que proviene exclusivamente de los clubes, y en este caso, con una gran presencia de los equipos del interior. “Hoy también tenemos un gran desarrollo en el rugby femenino; el año que pasó llegamos a casi 6 mil jugadoras, con la pandemia de por medio. En Buenos Aires el rugby quizá creció de la mano con el hockey como deporte para las mujeres como imposición de los clubes pero eso ya cambió y en el interior también.”
Por último, Travaglini habló acerca de la imagen que tiene el rugby en la comunidad y en la población argentina y asegura que, más allá de estar realizando un gran trabajo en el aspecto disciplinario fuera de la cancha con la llegada del plan “Rugby 2030: Hacia una nueva cultura” que se encarga de concientizar y responsabilizar acerca de la conflictividad relacionada al rugby de Argentina, también es un trabajo que va también por fuera del club. “Cuando asumí la presidencia dije que los valores no son propios del rugby, el rugby utiliza los valores de la comunidad y del bien común. Sabemos que hay excepciones y no podemos controlar todo pero se está trabajando mucho con los clubes para trabajar la disciplina a nivel país.”
“El rugby tiene la enseñanza de lo que es el deporte, el trabajo en equipo, enfrentar la adversidad, no bajar los brazos… pero el respeto, la honestidad y la diversidad son valores que se enseñan también en los hogares.” concluyó.
Gabriel Travaglini asumió como nuevo presidente de la Unión Argentina de Rugby hasta 2026 y sucederá a Marcelo Rodriguez, quién estuvo en el cargo los últimos 4 años y quién tuvo justamente a Travaglini como vicepresidente primero por lo que ya conoce el camino que se encuentra atravesando el rugby en nuestro país.
“No hay muchos objetivos establecidos porque estamos continuando el proceso iniciado en 2018 y que seguía los pasos de aquél de 2014. Hoy los productos son los equipos y nuestro producto es el factor humano, la gente.” afirmó el dirigente en diálogo con Milenium Sports.
La pandemia fue algo inesperado para todos y también para la UAR, que debió tomar medidas inesperadas con los equipos en plena competencia: “El día 14 de marzo (de 2020) teníamos a Jaguares a punto de enfrentar a Highlanders en Nueva Zelanda y al Seleccionado M-18 haciendo la entrada en calor en Santa Fe; ese día decidimos cancelar todo. En dicha reunión pensábamos que todo se iba a solucionar para julio o agosto pero no fue así.” afirmó.
El Covid-19 reforzó la idea de Nueva Zelanda y Australia de dejar de jugar contra las franquicias de Sudáfrica y Argentina y en 2020 ambos países crearon sus propios torneos, Super Rugby "Aotearoa" y "Australia" respectivamente, para no quedar inactivos, para luego en 2021 unificarse y hacer un nuevo torneo con la participación de equipos de Fiji e Islas del Pacífico.
En Argentina sin embargo el trabajo nunca se detuvo. Las labores de la Unión Argentina de Rugby se encargaron de estar cerca de las Uniones y los clubes para continuar con los entrenamientos de la manera que sea: “Lo que hicimos ese año fue estar muy en contacto con las uniones. Tuvimos cerca de 31 o 32 reuniones por Zoom para brindar soluciones a sus inquietudes. Por supuesto también planificamos la vuelta al juego.”
En cuanto al rugby amateur argentino, muchos jugadores vieron la inactividad como una razón para colgar los botines por diferentes circunstancias, sin embargo la vuelta a la normalidad volvió a elevar el nivel de jugadores y los resultados fueron muy positivos: “En 2019 teníamos 70 mil jugadores desde M-15 a Plantel Superior en todo el país; con la llegada de la pandemia y el tiempo de inactividad, este 2022 tenemos 60 mil. No es por desmerecer esos 10 mil pero logramos una gran suma de jugadores que estaban parados y se habían alejado por la pandemia.”
Otra de las aristas que tuvo un gran crecimiento en los últimos años fue el rugby femenino. La representación de Las Yaguaretés con la camiseta albiceleste lleva el mismo camino que el rugby masculino, la materia prima que proviene exclusivamente de los clubes, y en este caso, con una gran presencia de los equipos del interior. “Hoy también tenemos un gran desarrollo en el rugby femenino; el año que pasó llegamos a casi 6 mil jugadoras, con la pandemia de por medio. En Buenos Aires el rugby quizá creció de la mano con el hockey como deporte para las mujeres como imposición de los clubes pero eso ya cambió y en el interior también.”
Por último, Travaglini habló acerca de la imagen que tiene el rugby en la comunidad y en la población argentina y asegura que, más allá de estar realizando un gran trabajo en el aspecto disciplinario fuera de la cancha con la llegada del plan “Rugby 2030: Hacia una nueva cultura” que se encarga de concientizar y responsabilizar acerca de la conflictividad relacionada al rugby de Argentina, también es un trabajo que va también por fuera del club. “Cuando asumí la presidencia dije que los valores no son propios del rugby, el rugby utiliza los valores de la comunidad y del bien común. Sabemos que hay excepciones y no podemos controlar todo pero se está trabajando mucho con los clubes para trabajar la disciplina a nivel país.”
“El rugby tiene la enseñanza de lo que es el deporte, el trabajo en equipo, enfrentar la adversidad, no bajar los brazos… pero el respeto, la honestidad y la diversidad son valores que se enseñan también en los hogares.” concluyó.