El argumento planteaba que UFC abusó de su posición monopólica para pagar muy poco a los atletas. El juicio se cerró con el acuerdo de un desembolso total de 335 millones a lo largo de varios años. Esto es una gran noticia para la competencia, porque si el juicio avanzaba y perdían, la cifra que se calculaba era cercana a los 5.000 millones de dólares, sin dudas, el riesgo más grande que tenía la compañía.

El modelo de negocios es increíblemente rentable justamente por lo poco que pagan a quienes entran en el octágono. Mientras que en ligas como NFL o NBA los jugadores se llevan el 50% del total y en el fútbol llega hasta el 70%, en el caso de UFC es menor al 15%.


Un punto importante que todavía no quedó claro tiene que ver con la longitud de los contratos que firman los luchadores con la compañía. Estos habitualmente son bastante largos, bajando el riesgo de que un Connor McGregor se convierta en estrella y firme un mejor contrato en otra competencia (como podría ser la PFL, que a fines del año pasado se compró Bellator).

En fin, una gran noticia para UFC, su compañía holding TKO, y su principal accionista Endeavor.