A un año de lo que será una nueva cita olímpica en la capital japonesa, la organización sigue probando opciones para palear las altas temperaturas y sobre todo el alto porcentaje de humedad que cubrirá la región en dicha fecha.
A desarrollarse entre del 24 de julio al 9 de agosto, se espera que las temperaturas alcancen entre los 39 y 41 grados centígrados, motivo por el cual se planea proveer de aire acondicionado, ventilación, fuentes de hidratación y hasta nieve artificial a sus espectadores.
Esta semana se probó en el marco de una competición de remo en el Sea Forest Waterway, en la bahía de Tokio, el uso de cañones de nieve artificial, lanzados desde un automóvil a un costado de la tribuna que no dispone de la sombra necesaria.
Esta moción, más allá de que aún no fue aprobada ni confirmada de manera oficial, apunta a combatir el calor como principal enemigo, recordando que la organización ya pidió al Comité Olímpico Internacional (COI) cambiar las fechas, pero éste se negó rotundamente.
La nieve artificial para sus espectadores se suma a la implementación de un asfaltado en el recorrido de las pruebas de maratón y marcha que reflecta los rayos ultravioleta y reduce la temperatura de la superficie para evitar el calor.
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