Rusia 2018

¿Qué pasará en el futuro con cada uno de los estadios utilizados en Rusia 2018?

Tras el Mundial, el miedo de que los recintos deportivos se conviertan en edificios abandonados asusta a todo el gobierno ruso.
¿Qué pasará en el futuro con cada uno de los estadios utilizados en Rusia 2018?
Jueves 19 de Julio de 2018

La Copa del Mundo de Rusia 2018 ha sido fantástica en cuanto a lo que tiene que ver con el nivel organizativo. Tanto el público como los Fan Fest y los estadios estuvieron al nivel de lo que la organización requería. Luego de algunos días de finalizado el evento es tiempo de conocer qué sucederá con los estadios que fueron construidos especialmente para esta cita.

Tras la realización de un evento deportivo de esta magnitud siempre está el temor a que las instalaciones se conviertan en “Elefantes blancos”. ¿Qué significa esto? Que los edificios queden en desuso y tras no poder utilizarlos por la gran inversión requerida para mantenerlos en buen estado, queden abandonados. Esto ha sucedido luego de varios Juegos Olímpicos e incluso Mundiales de fútbol. El de Brasil 2014 es un claro ejemplo de esto.

Ahora, Rusia parece que será distinto. Su propio presidente confirmó en una entrevista televisada a todo el país que se ha gastado mucho dinero en los estadios y que de esta manera las infraestructuras deben ser utilizadas, especialmente para el desarrollo del deporte.

"Quiero advertir a mis colegas ya mismo: No quiero que esos recintos se conviertan en una especie de mercados al aire libre, como lo hemos visto con estadios deportivos de Moscú en los años noventa", dijo Vladímir Putin.

En cuanto a lo que tiene que ver con el uso de los estadios en la Liga Premier, la primera división de Rusia, solo seis estadios de los doce se continuarán utilizando. Según estimaciones del gobierno ruso, los costos anuales necesarios para mantener todos los estadios son de 94 millones de dólares.

El estadio Luzhniki de Moscú, por ejemplo, es la casa de la Selección rusa y tiene capacidad para 78.000 espectadores. El conjunto nacional no tendrá más de cinco o seis partidos por año, por lo tanto, este recinto podrá encontrar en los shows de bandas internacionales y otros eventos deportivos un gran aliado. La cancha del Spartak Moscú tiene su futuro ya asegurado con los partidos de su equipo, uno de los más convocantes de todo el torneo ruso.

La Arena Kazán con lugar para 45.000 personas es la casa del Rubin Kazán, un equipo que mueve un promedio de 10.000 personas, pero que, tal como los estadios de San Petersburgo, Ekaterimburgo, Rostov-Del-Don y Samara seguirán siendo utilizados principalmente para los equipos de la ciudad que juegan en la primera división del país.

El estadio Fisht de Sochi, construido especialmente para los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014 y que fue una de las sedes de la Copa Confederaciones 2017 es uno de los que más difícil tiene su futuro. Con una capacidad para 43.000 espectadores, el equipo de la ciudad juega en la segunda división y no atrae mucho público.

En cuanto a la ciudad de Kaliningrado, que tampoco posee equipo en la primera división, la administración de la ciudad planea construir una ciudad deportiva alrededor del estadio para fomentar el deporte en esa región del Mar Báltico.

Lo que suceda con el estadio de la ciudad de Nizhni Nóvgorod dependerá de lo que pase con las autoridades locales y la suerte o no de conseguir inversores extranjeros para fomentar las actividades en ese recinto, que tiene capacidad para 45.000 personas y el equipo local disputa la segunda división.

Saransk y Volvogrado parecen ser las sedes con mayores posibilidades de que sus estadios pasen a ser “Elefantes blancos”. Para el primero de estos ya ha circulado la información de que algunas personas quieren remodelar el estadio y convertirlo en un centro comercial, pero las autoridades han rechazado esto. La esperanza está en que el equipo de la ciudad ascienda y pueda llevar más gente a la cancha. La Arena de Volvogrado solo sería ocupada por 4.000 hinchas del equipo local, que tampoco está en la Premier rusa. Si no se realiza ningún plan para salvarlo, podría ser el primer recinto en quedar en desuso.