Fortnite ha demostrado ser una verdadera mina de oro para Epic Games, siendo uno de los juegos que más ingresos genera en la actualidad. Aunque el mismo, pertenezca a la modalidad “Free to Play”, o sea que el juego puede ser descargado gratis, las ventas de artículos para customización de personajes y de bailes para festejar alguna acción heroica, como hizo famoso Antoine Griezmann en sus festejos de gol, han generado inmensos retornos para la compañía.
A principio de año Epic Games anunció que darían 100 millones en premios en efectivo en torneos, acelerando su carrera para posicionarse como eSport. Y esto se plasmó con su “Summer Skirmish”, el torneo de verano donde habrá 8 millones de dólares como premios.
Aunque ha tenido apoyo masivo por la comunidad del mundo de los videojuegos para ser considerado eSport, se requiere de una infraestructura tecnológica que permita el correcto funcionamiento de la conexión de los jugadores, a través de potentes servidores y de la posibilidad de que millones de seguidores se conecten para observar online las partidas. Y esto ha demostrado ser un dolor de cabeza…
En su primer torneo del Summer Skirmish los jugadores calificaron la experiencia como desastrosa. Seis de las partidas no pudieron desarrollarse por problemas de conexión, y las que lograron jugarse, funcionaron lentas y recibieron fuertes críticas de los seguidores que esperaban un espectáculo y se fueron decepcionados.
Todo tiene solución, dicen de Epic Games, y sobre todo cuando se tiene el éxito económico y el aval de la industria, como tiene Fortnite. Aunque haya sido un dolor de cabeza por su falta de organización, todos en el medio parecen coincidir en que Epic Games se repondrá al terremoto y logrará su cometido de lograr que Fortnite sea considerado oficialmente eSport.