El consejo de la Premier League aprobó la compra del Everton por parte de la familia Friedkin, que llegó a un acuerdo con la propiedad. Los Friedkin, dueños de la Roma y del Cannes, se harán con el 98,8% del club, hasta ahora en manos de Farhad Moshiri. El empresario británico-iraní llevaba años buscando comprador para el club, que arrastra unas pérdidas acumuladas de 592 millones de euros desde 2019. Un desequilibrio económico que derivó incluso en dos sanciones deportivas, con deducción de varios puntos en la clasificación, por incumplimiento del fair play financiero en la Premier.

Desde 2022, Moshiri tuvo tres grandes opciones para vender el club, que le estaba generando problemas relacionados con la invasión rusa a Ucrania por su relación comercial con el oligarca Alisher Usmanov. El gigante del metal de Usmanov, USM Holdings, iba a dar nombre al nuevo estadio que está construyendo el Everton en la zona portuaria de Liverpool. Casualmente, todas las ofertas en firme han provenido de Estados Unidos.


Primero tuvo avanzada la venta a Maciek Kaminski, empresario norteamericano del mercado inmobiliario, que puso 450 millones de euros sobre la mesa en verano de 2022. Un año más tarde, el fondo MSP Capital estuvo cerca de hacerse con el paquete de Moshiri, pero retiró la oferta; y pocas semanas después, quien sí alcanzó un acuerdo con la propiedad fue 777 Partners. Esta operación nunca llegó a cerrarse ante las dudas de la Premier League sobre la fiabilidad del holding. Precisamente, este miércoles, 777 vendió el Genoa dentro de su plan de desinversión en fútbol.

Con la llegada de Friedkin al Everton, ya son diez los clubes de la Premier League en manos de inversores norteamericanos. La mitad de la liga inglesa. Y en un undécimo, el Manchester City, el fondo Silver Lake posee el 18% de su propietario, City Football Group.