La particular historia del Borussia Dortmund
Borussia Dortmund podrá sumar un nuevo trofeo a sus vitrinas este sábado si vence a Real Madrid en la final de la Champions League y lograr su segunda copa tras haberla conquistado en la edición 1996/97. Pero más allá de las conquistas deportivas, la historia del club alemán, que cuenta con una hinchada muy pasional, guarda momentos muy particulares.
La institución se fundó en 1909 por un grupo de jóvenes que se levantaron con armas contra la Iglesia local en una región que era protestante, pero con mucha emigración polaca y católica. El nacimiento ocurrió en el restaurante Zum Wildschütz y el nombre elegido (Borussia) se debe a la marca de una cerveza muy popular en esos años.
Tal fue su relación con la Iglesia que una de las primeras camisetas que lució el equipo fue de color blanca y azul, con una raya roja y pantalones negros, vinculados al catolicismo, que era la religión de la mayoría de los integrantes de la institución. Fue en 1913 cuando se cambió la vestimenta al color amarillo con una B, ya que los lugares habían sido copados por los protestantes.
En los primeros años, el club sufrió varias complicaciones. En 1911 el Dortmund arrancó a competir en el profesionalismo desde la tercera categoría, pero tras la Primera Guerra Mundial, tan solo sobrevivieron 18 miembros fundadores, lo que obligó a una reorganización.
Sin embargo, todavía le quedaban años en los que les iría aún peor. Como gran parte de la población, sufrió las consecuencias de los nazis, que llegaron a gobernar Alemania en 1933. Después de negarse a firmar con el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, la dirigencia fue liquidada tras ser acusados de hacer propaganda antinazi.
Más allá de la persecución ideológica que sufrieron, el club siempre mantuvo una identidad muy reaccionaria al movimiento que castigó al país durante muchos años. Incluso es común ver en las tribunas banderas que reprueban ese régimen. Es cierto que no es la única institución alemana que sigue esa línea, pero sí una de las más activas. En 2017 lanzaron un spot con el lema: ‘El fútbol y los nazis no encajan’.
Más allá de los esfuerzos por combatir al nazismo, en algunas ocasiones han vivido momentos que el club mismo definió como "una vergüenza". El más conocido fue en 2014 cuando en medio de un minuto de silencio por la muerte de su masajista, Hermann Rieger, una persona interrumpió el momento para recordar el grito propagandístico de Adolf Hitler: "Sieg Heil!".