La derrota de River ante Vélez en el José Amalfitani por la tercera fecha de la Copa de la Liga extendió los flojos registros del equipo dirigido por Martín Demichelis en condición de visitante. La caída del Millonario en Liniers fue la tercera al hilo fuera de casa, sumando los traspiés frente a Inter en Porto Alegre, por la vuelta de los octavos de final de la Libertadores, y Argentinos en La Paternal, hace un par de semanas.
Pero para buscar un triunfo de los de la banda roja fuera de Núñez hay que ir hasta el 12 de junio, cuando golearon 4-1 a Banfield en el Florencio Sola. Luego, River perdió ante Barracas Central (1-2), empató con San Lorenzo (0-0) y consiguió una agónica igualdad frente a Rosario Central (3-3), antes de acumular las mencionadas tres caídas en fila.
La primera derrota en rodeo ajeno de la era Demichelis tuvo lugar ante Belgrano en Córdoba y, aunque después encauzaron el rumbo en el Torneo de la Liga, venciendo a Lanús, Sarmiento, Huracán y Newell's, en uno de los mejores momentos del equipo en el año, a continuación, llegaron varios traspiés consecutivos.
En un período de un mes, antes de vencer a Banfield, el Millonario empató con Atlético Tucumán, perdió con Fluminense y Talleres e igualó frente a Sporting Cristal y Vélez.
A esos resultados hay que sumar la caída vs. The Strongest en Bolivia, la primera de una Libertadores en la que el conjunto dirigido por Demichelis no supo de victorias fuera de casa (tres derrotas y un empate). En definitiva, de sus últimos 12 partidos de visitante, River ganó uno, empató cinco y perdió seis.
El contraste es mayor, claro, al comparar estos registros con el rendimiento del Millonario en el Monumental, donde ganó los últimos 16 partidos, constituyendo un récord histórico, y 17 de los 18 que disputó en el año.