Sin lugar a dudas, la derrota del PSG del miércoles quedará en el recuerdo de sus simpatizantes por un largo tiempo, así como también para los fanáticos del fútbol en general. Lo cierto, es que el equipo parisino tenía todas las de llevarse la serie y acceder a cuartos de final: se había impuesto 1-0 en la ida y había repetido el mismo resultado en el Santiago Bernabeu. Pero el inoxidable Karim Benzema iba a tener una noche mágica e iba a convertir 3 tantos para darle la clasificación al Real Madrid.

El hecho de tener un super equipo, plagado de figuras mundiales, y que el primer gol, que iba a anteceder la debacle del París Saint-Germain, llegue tras una polémica jugada donde los parisinos pedían la falta sobre su joven arquero Gianluigi Donnarumma, despertó la furia de Mauricio Pochettino, muy molesto con el arbitraje del partido, que catalogaba de "grosero error" y de “una vergüenza” la inacción de los árbitros en el primer gol, que según el argentino cambió el rumbo y la energía del partido.



Mientras tanto, el presidente del PSG, el catarí Nasser Al-Khelaïfi y Leonardo, su director deportivo, abandonaron rápidamente el palco y bajaron, violentamente, al vestuario de los árbitros exigiendo explicaciones. "Tras el partido, el presidente y director deportivo del PSG mostraron un comportamiento agresivo e intentaron entrar en el vestuario de los árbitros. Bloquearon la puerta y el presidente, deliberadamente, golpeó la bandera de uno de los asistentes, rompiéndola", escribió el juez del encuentro en el acta del partido.

Por lo que tanto la reacción de Pochettino, como la del Nasser Al-Khelaïfi y Leonardo, podrán ser castigadas por la UEFA con duras sanciones. Según el artículo 15 del Código Disciplinario de la UEFA, la reacción del DT es algo que se castiga con una suspensión de dos partidos, que en caso de concretarse, tal sanción deberá cumplirse en la próxima edición de la Champions League. A su vez, el presidente y el director deportivo, al tratarse de directivos, no pueden ser castigados con una penalización deportiva, tras infringir el mismo artículo 15 que el argentino, donde sus actitudes se sancionarían con un mínimo de tres encuentros por 'insultos', y puede incluso llegar a quince si se considera una agresión a un miembro del equipo arbitral.