El equipo de Sucre llegaba al último partido en el segundo puesto, detrás de The Strongest, el equipo favorito a llevarse el trofeo. Sin embargo, sucedió lo que nadie esperaba, contra todo pronóstico cayeron ante Santa Cruz por 1-0, e Independiente Petrolero, uno de los presupuestos más bajos de la liga, selló la victoria tras un gol de Juan Sinforiano Godoy a los 95 minutos de juego para darle el triunfo 3 a 2 ante Guabirá y el título tan esperado.

El problema fue que nadie se imaginaba que el equipo recién ascendido a la Primera División fuera a dar la vuelta olímpica. Por lo que a la hora de la premiación, las autoridades del torneo no estaban en la cancha de Guabirá y en su lugar estuvieron entregando las medallas, un chofer de la Federación Boliviana de Fútbol, Rubén Suárez, el ejecutivo de Tigo (empresa de telefonía que patrocina el certamen), Javier Perou, y el veedor del partido, Doriam Montero. Realmente increíble.

Creado en 1933, el club dio sus orígenes gracias a la rebeldía de un grupo de jugadores que habían sido excluidos de San Francisco de la Recoleta, el otro equipo de la ciudad. Un club humilde, lejos de los centros económicos de Bolivia, pero con hinchas apasionados por su equipo. Su nombre “Independiente Petrolero” proviene del 1953, cuando los Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos se hicieron cargo de la gestión del “Matador” y le otorgaron este apellido.

En el año 2001, el club iba a ser dirigido por una figura de relevancia mundial, ídolo de muchos argentinos: Mario Alberto Kempes tomaba las riendas del club luego de dos experiencias previas en el país, en The Strongest y Blooming, causando una gran revolución. No se podía entender como el verdadero “Matador” había ido a parar a este humilde equipo de Sucre. No obstante, Kempes estuvo apenas un par de meses en la institución. El pago del dinero prometido y firmado en el contrato era imposible de cumplir y renunció.

Esta coronación de Independiente Petrolero en gran parte es gracias a otro argentino: Martín Sebastián Prost. El ex Huracán de Tres Arroyos, Sarmiento de Junín y Quilmes, fue el goleador del campeonato con 18 gritos y la figura clave en el partido de la consagración ante Guabirá, anotando dos de los tres goles.