Los futbolistas, dirigentes, trabajadores e hinchas de Claypole están viviendo semanas de ensueño. El próximo 3 de marzo tendrán que someterse al partido más trascendental de la historia del club. En el Estadio de Lanús jugarán ante Boca Juniors por los 32avos de Final de la Copa Argentina.
A lo largo de su existencia, no pudieron nunca superar la categoría C del fútbol argentino. Por ende, sus rivales no tuvieron ni tienen el peso que conlleva medirse ante uno de los clubes más populares del país y del continente. “Es un premio a todo el trabajo que se viene realizando. La gente del pueblo está muy ansiosa, Claypole está sintiéndose un poquito de Primera. Quiero que llegue el día y que yo como los jugadores y gente del club, disfrute del partido”, nos remarcó Javier Gómez, presidente del club.
Como la gran mayoría de los futbolistas del ascenso, los integrantes del plantel de Claypole necesitan y prefieren tener otro trabajo para poder ayudar en la economía de sus familiares. Es que el sueldo de un jugador de la Primera C oscila entre los 10 mil y 30 mil pesos. Igualmente, el club se destaca por su gran ayuda hacia sus jugadores, intentando evitar que ellos tengan que sacar el foco en otro trabajo.
Uno de los que complementa 2 trabajos es el capitán Cristian Ordoñez. Estudia Profesorado de Inglés y dio clases particulares a domicilio durante la cuarentena. Otro que también se las rebusca económicamente es el histórico arquero, Leandro Romero. Trabajó haciendo envíos para un diario, después pasó al sector de logística y ahora maneja Uber.
“Yo estoy trabajando como Uber hace un tiempo. Es más que nada para solventar algunos gastos porque en esta época que vivimos no alcanza con lo que uno tiene. Por suerte lo puedo hacer y manejar los tiempos como quiero. Si el día está bueno y me motivo, puedo llegar a hacer 8 horitas después de entrenar. Pero te mata la espalda y la cintura”, declaró en Infobae.
Otros de sus compañeros dan clases en escuelitas de fútbol y dirigen equipos femeninos por sus barrios. Los más jóvenes tienen la suerte de contar con el apoyo de sus padres.
Fuente: Infobae