Lo que tiempo atrás parecía una rareza pasó a ser hoy en día algo habitual y común en la sociedad mundial. Es difícil no encontrar gente que lleve tatuada su piel, más en personas que tienen entre 40 y 20 años. Sin embargo, es cierto que se convirtió en moda hace relativamente poco.
Tomando como referencia el mundo del fútbol, es casi imposible encontrar a un jugador que no lleve un tatuaje, sin importar el tamaño y diseño. Porque justamente este ambiente y el de la música es el que está más ligado a los tatuajes. Así lo puede demostrar de primera mano César Molina, el reconocido tatuador de Quilmes que se destaca por su estilo realista y su devoción por Diego Maradona.
“Arranqué de manera casual a tatuar, era muy chico. A los 14 años termino descubriendo el mundo del tatoo. Empezó como un hobby, un amigo me dio una maquinita y me pidió que la haga uno. Al principio me aterró porque no quería lastimar a nadie pero le fui agarrando la mano. En el primer tatuaje descubrí una sensación que no había tenido. Fue muy loco darme cuenta que le estaba dejando una huella a una persona”, comenzó Yeyo, como lo conocen sus amigos.
Todo esto se remontó en el 2001, cuando en Argentina todavía no había mucha información acerca de los tatuajes. Así fue como Molina, por cuenta propia y ayuda de colegas, optó por incursionar, aprender y estudiar las técnicas.
Sus primeras experiencias las hacía con sus amigos de confianza, siempre con la idea de mejorar y profesionalizarse. Sin plata de por medio, Molina se la ingeniaba para que le diera frutos. “Al principio les cobrara la tinta y de esa manera empezaba a facturar. Era de caradura cobrar a esa edad. Después empezaron los trueques, venían con ropa y si me quedaba bien la aceptaba como pago”, recordó.
En estos más de 20 años que lleva como profesional, Molina dibujó diseños de todo tipo pero entre sus orgullos están los trabajos que hizo de Maradona, su máximo ídolo futbolístico: “A Diego lo dibujo desde muy chico. Hace poco la madre de un compañero mío del colegio me mostró un dibujo que yo había hecho en el guardapolvo con la imagen de Diego. Es una verdadera reliquia”.
De ese dibujo a los que se conocen hoy en día, hubo años y años de trabajo y autocrítica. Así es como llegó a destacarse por su estilo realista. Ese talento se lo ve reflejado en los miles de tatuajes que hizo del mejor jugador de todos los tiempos. Los mismos se hicieron virales por la difusión que logró tatuando a futbolistas profesionales de Argentina. Entre ellos están Marcos Rojo, Guido Pizarro, Lucas Ocampos, Alan Velasco, entre otros.
“El primero fue Eric Aparicio hace 5 años. Después un compañero suyo lo vio y ahí empezó el boca en boca que es la mejor publicidad que uno puedo tener. Hoy estoy tatuando a muchos profesionales y siempre hablamos de Maradona y terminamos abrazados por el sentimiento”, remarcó.
Precisamente por sus trabajos relacionados al 10 es que Molina se hizo muy conocido en el país. “A todos los futboleros nos pegó la partida de Diego porque es un ícono argentino. Yo me siento identificado con él porque salió de un barrio muy humilde y llegó a niveles increíbles”.
Entre los más de 60 tatuajes que ilustró de Maradona, Yeyo tiene su preferido: “El que le hice a Patricio Monti con Diego con la ropa de Gimnasia de La Plata es uno de los mejores que hice. Al principio me costó encararlo pero me gustó la historia que había de fondo entre el jugador y Diego”.
Pensando a futuro, Molina tiene objetivos y sueños por cumplir: “Hasta el momento no tatué a Diego de chiquito. Y yo tengo ese recuerdo del Pelusa, un chico con ilusiones con un mundo por delante. Yo me voy a hacer un Diego en el muslo y seguramente me incline por esa imagen”.