Las ligas del fútbol sudamericano siguen frenadas y mientras pasen los días, mayores serán las consecuencias deportivas y económicas a afrontar en un futuro. Uno de los principales temas a definir es la disputa de la actual edición de la CONMEBOL Libertadores, cuyos partidos fueron suspendidos en marzo por la pandemia del coronavirus.
Hace unos días, las autoridades del ente sudamericano aseguraron que hasta que las 10 ligas del continente no estén en marcha y las situaciones sanitarias estén relativamente controladas, no se podrá dar luz verde para continuar con la Copa. También advirtieron la posibilidad de permitir cambios de sedes, en caso de ser necesario.
Dichas declaraciones abrieron las ilusiones del gobierno uruguayo para postularse como candidatos a disputar la CONMEBOL Libertadores de manera íntegra en su país. De hecho, el presidente Luis Lacalle Pou mantuvo diálogo con el titular de la CONMEBOL, Alejandro Domínguez. Según trascendió, el mandatario ofreció las ciudades de Montevideo, Colonia y Punta del Este, como sedes considerando que esto puede contribuir a la reactivación económica del país y del fútbol sudamericano.
Analizando el panorama actual de todos los países miembros, Uruguay corre una leve ventaja sobre Paraguay. Es el que mejor supo y pudo afrontar la pandemia. Brasil, Chile y Perú son focos fuertes de la pandemia. Los gobiernos de Colombia, Argentina y Ecuador no encuentran solución para avanzar y tanto Bolivia como Venezuela tienen sus sistemas de salud desbordados.
Para que 32 equipos se trasladen a Uruguay, necesitarán varios hoteles para alojar a las delegaciones, equipos arbitrales, integrantes de CONMEBOL y prensa. Además, deberán contar con campos de entrenamiento y estadios, cuya capacidad no sería un problema, porque los partidos serían a puertas cerradas. En caso de que CONMEBOL apruebe el pedido, desde el gobierno uruguayo se sienten capacitados para afrontar las responsabilidades.
Aún no hay nada definido pero lo cierto es que para CONMEBOL los tiempos corren. Los contratos de sponsoreo del certamen ya están pagos, por lo que precisan poner en juego otra vez la Libertadores y los clubes quieren jugar y recibir ingresos.