Este fin de semana, el Arsenal recibió al Manchester City en el marco de la Premier League inglesa, en un encuentro que finalizó con la estrepitosa derrota del local por 3 a 0, pero además le representó importantes pérdidas a nivel internacional por un episodio aún no esclarecido del todo.
Y es que, tras los dichos del mediocampista de los Gunners, Mesut Özil con relación al grupo religioso-político que milita en China por los derechos de los musulmanes, Uighur, el Gobierno chino optó por cancelar la transmisión del partido y empezar a cortar lazos con el club y con el torneo inglés.
El partido no se transmitió por la televisión china y, a pesar de que el Arsenal se desligó de toda postura política en un comunicado, en el país asiático ya analizan con prohibirle toda venta y derechos en su territorio, en un caso similar al que sufrió la NBA y los Houston Rockets meses atrás.
Según la Asociación de Fútbol Chino, los dichos de Özil hirieron los sentimientos de los fanáticos chinos, ya que se los acusa “falsamente” de maltrato a los musulmanes en el país, motivo por el cual se empezó un nuevo capítulo de diplomacia en el fútbol.
Cabe resaltar que un hecho de esta índole le representaría millones de dólares en pérdidas al equipo inglés, que cuenta con una importante base de fanáticos en el sudeste asiático y en donde ha logrado penetrar un mercado duro, durante los últimos años.