Esta semana, la CONMEBOL anunció al Estadio Maracaná de Río de Janeiro y al Estadio Mario Alberto Kempes de la ciudad de Córdoba, como las respectivas sedes para albergar las próximas finales únicas de Libertadores y Sudamericana en el 2020.
Lo cierto es que, ambos escenarios deportivos de primera línea, le ganaron la carrera a otros estadios y ciudades candidatos para llevar a cabo lo que hoy es el máximo evento deportivo a nivel de clubes del continente, y siguen en carrera para ediciones futuras.
En esta sintonía, cabe destacar que varios se preguntaron por la ausencia de opciones como: Quito y Montevideo, que en su momento ofrecieron ser sede del encuentro pero por distintos motivos, tuvieron que abortar la iniciativa.
Tal es así que el Diario El Observador de Uruguay, charló con Jorge Casales, uno de los neutrales de la AUF quien se refirió al tema de la siguiente manera: “El pedido es muy amplio, no solamente es la valoración del estadio, sino también hoteles, campos de entrenamientos y más”, señaló. “Te hacen una serie de exigencias que se elevan a las confederaciones y ahí se elevan las propuestas para que una vez la Conmebol las estudie y después designe qué estadios están habilitados y los que no”.
Y es que, entre los requisitos que imponen tanto la CONMEBOL como la FIFA se toman en cuenta los siguientes criterios: la visión, el concepto y el legado de la propuesta, así como las características técnicas del estadio y campos de entrenamiento, los requisitos de seguridad, movilidad y alojamiento, y diversos aspectos sociales, políticos, medioambientales y comerciales.
“En algún momento lo pensamos, sobre todo para los torneos que se están jugando, pero había una cantidad de cosas a mejorar en el Estadio Centenario que hacían prácticamente imposible presentarnos y tener cierto éxito en la propuesta”, agregó Casales.
De esta manera, el Estadio Centenario queda fuera de concurso por lo menos hasta próximo aviso, mientras que tanto el Gran Parque Central como el Campeón del Siglo por ahora no califican por los motivos antes expuestos, sumados a la capacidad sin tomar en cuenta los palcos privados de cada estadio.
Fuente: Referí