No es ninguna novedad que el fútbol es uno de los deportes que más plata mueve en todo el mundo. La gran convocatoria para cada partido, la importancia en los medios de comunicación y los intereses políticos son algunas de las causas. Tampoco es de nuevo conocimiento que hay equipos de mayor poderío económico que otros. Por lo general, esto se debe no solo a los resultados deportivos de cada uno, sino al aporte de sus dueños en la gestión y manejo institucional.

Con referencia a un estudio que realizó la Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol (UEFA), se conoció que el Paris Saint Germain es el equipo que vende sus entradas a mayor precio, en promedio. El podio lo completan Chelsea y Arsenal. Dentro de los 10 primeros, hay tres clubes ingleses (Liverpool, Manchester United y Tottenham), más los ya mencionados, dos españoles (Real Madrid y FC. Barcelona), un alemán (Bayern Múnich) y un italiano (Juventus).

El PSG, que tiene como dueño al empresario catarí Nasser Al-Khelaifi desde 2011, ha apostado desde su llegada a ser el club más poderoso de Francia y poder pelear de igual a igual los torneos internacionales. Las contrataciones de Neymar Jr. y de Kylian Mbappé, entre otros, son un claro ejemplo de ello.
Por lo tanto, los grandes gastos que tienen por los contratos de las estrellas de fútbol, más las inversiones para el mantenimiento del lujoso estadio, hacen que las entradas al espectáculo deportivo sean todavía más altas.

A todo esto hay que sumarle la experiencia como tal que ofrecen los estadios en el Viejo Continente, en donde más allá del espectáculo deportivo, se ofrece un catering de primera línea, WiFi, Fan Zone y todas las comodidades del caso.


Si se busca tener una referencia, la Superliga Argentina de Fútbol (SAF) incrementó los precios de sus entradas a finales del 2018 y roza los 400 pesos por cada popular (el equivalente a unos 10,77 dólares), lejos ya de los 10 pesos que costaba un boleto en el 2004.