Nacido 18 años atrás en el campo de refugiados de Buduburam, Ghana, Alphonso Davies es hoy una de las principales figuras emergentes del Bayern Múnich y cuenta en sus espaldas una inspiradora historia de superación desde su infancia.
De padres liberianos, Davies, se crió en el campo de refugiados en sus primeros años, previo a que toda la familia se mude a Windsor, Ontario y más adelante a Edmonton, huyendo de la guerra civil que azotaba a su país de origen.
El 6 de junio de 2017 Davies recibió oficialmente su ciudadanía canadiense y con tan solo 16 años de edad debutó como seleccionado internacional en el equipo de la hoja de maple, tradicional del país norteamericano.
Se destacó en el Vancouver Whitecaps de su país en la MLS y en el verano anterior fue comprado por el equipo bávaro a cambio de 10 millones de dólares. "El viaje ha sido largo: huir de una guerra, vivir en un campo de refugiados... Venir aquí es el sueño que como familia queríamos conseguir", afirmó en aquel entonces.
No tardó en la Bundesliga en convertir goles, al igual que Roque Santa Cruz en el 1999 (con 18 años también) y pronto se adjudicó también a su palmarés colectivo, una Bundesliga y una Copa de Alemania.
"Es un joven jugador que puede actuar en ambos lados del ataque e incluso cubrir el rol de lateral izquierdo. Estoy contento porque gracias a ello pudimos dar descanso a Alaba, que estaba teniendo problemas. Estoy feliz por Alphonso porque se ha ido a Canadá con un gol en la maleta, eso es algo grande para él", reveló al respecto Niko Kovac, entrenador del Bayern, tras una goleada al Mainz.
Y es que en la actualidad se estima que hay 25,9 millones de refugiados en todo el mundo, de los cuales casi la mitad son niños menores de 18 años, motivo por el cual, existe una firma deportiva que se encarga de mejorar la calidad de vida de ellos al destinar sus ingresos a la construcción y armado de clubes desde la infraestructura hasta la logística y capacitaciones necesarias para su conformación.
En este contexto charlamos con Don Fontijn, Head of Growth de la marca quien en exclusiva nos contó todos los detalles al respecto.
“Estamos convencidos que al combinar una organización sin fines de lucro con el deporte es una grandiosa forma de causar impacto, la gente puede realmente ‘ponerse la camiseta’ y cuando encuentras a alguien usando Klabu sabes que apoyan a los refugiados y eso es grandioso, así que cuando encuentres a alguien usando Klabu sácale una foto y mándanosla, ya tenemos algunas fotos desde Tokio, Nueva York y Rio de Janeiro, y con cada camiseta vendida en nuestra tienda en Amsterdam y de forma online en klabu.org, más personas se suman a nuestro Klabu, nuestro club y más refugiados pueden practicar deporte y eso es grandioso. Al mismo tiempo toma mucho esfuerzo el crecimiento de la marca, pero nuestra misión es hacer un cambio en la vida de los refugiados a través del deporte, así que estamos buscando maneras de crecer sostenidamente y potenciarnos a través de alianzas estratégicas, porque juntos podemos hacer un cambio real en las vidas de millones de refugiados, sin exceptuar otras formas de vida ni generaciones perdidas al usar el deporte como una herramienta para cooperar y conectar para un mejor futuro para ellos”.