A poco menos de tres meses para lo que será la próxima Copa Mundial de Rusia 2018, el fenómeno publicitario que tiene lugar en la Argentina cada cuatro años, ha empezado a demostrar su impacto con la suma de dos nuevos patrocinadores de la AFA para el resto del año.
A la participación comercial de adidas, Claro, Quilmes, Coca-Cola, Tarjeta Naranja, Sancor Seguros e YPF, se le sumaron en el último tiempo la cadena de comida rápida, Mostaza y la panificadora, Fargo.
Cabe destacar que no es la primera vez que una o más marcas apuestan por la Selección en el año mundialista, viendo los resultados de su inversión ampliamente justificados.
En esta oportunidad, tanto Mostaza como Fargo, representan desde su nicho a la industria de la gastronomía, siendo una de las que más crecimiento presenta durante los dos meses previos la competencia y el mes que dura el Mundial.
Con un total de 80 establecimientos en Argentina. Y su más reciente expansión hacia Paraguay y Uruguay, Mostaza es una de las cadenas de comida rápida más exitosas en el cono sur y de la mano de la Selección buscará consolidar aún más su posición en el mercado.
Por su parte Fargo, panificadora con más de 40 años de trayectoria en el mercado argentino es reconocida como una de las únicas firmas encargadas de producir y distribuir industrialmente 'el pan del día’.
Su más reciente acuerdo con la Selección la convierte en otro de los patrocinadores comerciales que a través del Mundial intentará usufructuar el alcance nacional e histórico que el convenio le supone, con la imagen de los jugadores que conforman el plantel como atractivo principal al contar con Lionel Messi a la cabeza.
Tal es así, que los derechos de imagen de varias de las principales figuras del fútbol mundial se fusionan en la selección argentina, motivo por el cual la apuesta que hacen las marcas no deja de ser –siempre que sea bien aprovechado- un negocio rentable.
No es ninguna novedad que durante los meses previos y en lo que dura el Mundial, aumenta considerablemente la compra de televisores, indumentaria deportiva, merchanising y alimentos en el país, llegando incluso a cuadruplicar las ventas en comparación con años en los que no se celebra la Copa del Mundo.
A partir de mayo, industrias como la gastronómica, por ejemplo, reflejan un impacto incalculable al lanzar las principales y más agresivas promociones desde el mes de abril, sin dejar de segmentar el mercado.
Basta con recordar que el triunfo argentino en Quito por la última fecha de las Eliminatorias, allá en octubre, le significó a la Selección y a la AFA no solamente la clasificación a Rusia, sino también el salvarse de perder más de 20 millones de dólares por las marcas.