Días después de ser contratado por el Manchester United por más de 75 millones de euros, el atacante belga fue notificado por la policía estadounidense a partir de una supuesta reincidencia en disturbios de sonido para con sus vecinos de la casa que posee en Los Ángeles.
Aparentemente, una fiesta de grandes proporciones habría causado malestar en sus vecinos, quienes notificaron en reiteradas ocasiones a la policía un exceso de ruido.
Minutos más tarde, agentes locales de Beverly Hills advirtieron verbalmente y arrestaron al futbolista, quien según la ley deberá presentarse a declarar ante la Justicia a inicios de octubre.
Por lo pronto, se aclara que las posibilidades de encarcelar al belga son remotas, pero es muy probable que deba cancelar una multa considerable.