En el 2013, un emergente Isco se lucía en el Málaga y apuntaba a ser uno de los mejores jugadores del fútbol español, motivo por el cual su club consideró pertinente ofrecerlo al Manchester United mucho antes de que el Real Madrid ofertara por él tras el Europeo Sub 21.
En la evaluación, el conjunto inglés aseguró que se trataba de un talento, no obstante emitió un insólito veredicto en el cual lo rechazaba por no ser lo “suficientemente rápido” y porque su cabeza era demasiado grande para su cuerpo.
Más allá de los motivos médicos que elaboraron el informe, son varias las versiones que sostienen que no se trató sino de un complot interno que no estaba interesado en el futbolista.
Hoy en día, Isco no es solamente uno de los jugadores más importantes del Real Madrid y selección española sino que también será recordado por los Red Devils como una oportunidad perdida y su verdugo en la final de la última Supercopa.