La Asociación de Tenistas Profesionales (ATP) había anunciado hace unos días la suspensión del circuito profesional durante las próximas seis semanas a causa del brote global de COVID-19, pero como si fuera poco, a eso le sumaron la postergación del Roland Garros.
El segundo Grand Slam del año no se jugará del 25 de mayo al 7 de junio como estaba previsto, sino que pasará a más adelante, para el 20 de septiembre hasta el 4 de octubre. Ante estas modificaciones, aparecieron algunos inconvenientes porque las nuevas fechas coinciden con otros torneos y están muy cercas del US Open.
Ese mismo fin de semana está programado jugarse las series del Grupo Mundial I de la Copa Davis, del cual participa Argentina, y unos días más adelante comenzaría la Laver Cup (25 al 27 de septiembre). Ante esto, los propios organizadores del torneo de Roger Federer sacaron un comunicado mostrando su disconformidad ya que cuentan con todas las entradas vendidas.
En cuanto al US Open, la agenda lo sitúa entre el 24 de agosto y el 13 de septiembre, tan solo una semana antes de las nuevas fechas del torneo de Paris. Pese a que los tenistas están acostumbrados a competir muy seguido, la rareza en este caso es que son dos competencias muy importantes del circuito, tanto por los puntos para ranking como el premio económico.
El mismo comunicado que notificó el cambio del calendario del Roland Garros, confirmó que los tickets serán reembolsados o cambiados para las nuevas fechas. Por otra parte, Wimbledon, otro de los cuatro grandes torneos, no tendría inconvenientes ya que sus fechas son del 29 de junio al 12 de julio.
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