Oveja Hernández: “Fue una mezcla de orgullo, euforia y paz por el objetivo cumplido”
Miércoles 16 de Septiembre de 2015
La satisfacción de un objetivo cumplido es, muchas veces, incomparable. Algo así sintió Sergio Hernández, entrenador de la Selección Argentina de Básquetbol, con la clasificación a los Juegos Olímpicos de Río 2016. Argentina superó a México, local y favorito, en las semifinales y aunque cayó con Venezuela en la final del FIBA Americas, logró uno de los dos boletos a Río.
“Fue un torneo tremendo. De mucho stress. Canadá había sido el mejor equipo y por tener una mala noche con Venezuela se quedó afuera de los Juegos Olímpicos. Sólo dos equipos obtenían el pasaje y son muy pocas plazas para un deporte tan importante. Se hace una carnicería” señaló el Oveja en una interesante charla en Milenium Sports y Marketing Registrado Radio.
Con mucha tranquilidad, pero también con la claridad conceptual que lo caracteriza, agregó: “Fue una mezcla de orgullo, euforia y paz por el objetivo cumplido”.
En la previa, Argentina partía hacia este torneo preolímpico con la incertidumbre de un plantel joven aunque acompañado por las siempre importantes y eternas glorias Luis Scola y Andrés Nocioni, más la experiencia de Facundo Campazzo, entre otros. Además, la poca cantidad de cupos que otorgaba el certamen era otro factor para incrementar la falta de certezas.
Por otra parte, la sombra del ocaso de la Generación Dorada no hacía más que agregar presión al equipo.
“Acá ha habido quince años soñados de la Selección de Básquetbol, que ni los más optimistas esperaban. Argentina está lejos de ser una potencia mundial y por eso tener al equipo siempre clasificado a las competencias grandes es algo muy importante. Esto despertó un sentimiento de admiración muy grande” opinó Hernández al respecto.
En la noche de la semifinal, Argentina tuvo un espectador de lujo. Emanuel Ginóbili estuvo en las tribunas del DF mexicano sufriendo a la par del resto y muy emocionado con la clasificación ya ganada.
“Manu tuvo un gesto tremendo en ir a vernos. El sabía a lo que se exponía, con muchos mexicanos hinchas de San Antonio. Llegar ahí iba a ser una locura y sin embargo estuvo porque sintió que tenía que estar. Otro por ahí habría que no y sucedió todo lo contrario. Creo que fue porque si nos iba mal, él quería estar” señaló el entrenador.
Sin embargo, aclaró que no le consultó cuáles son sus planes para el 2016 y concluyó: “Él fue bien claro en otros momentos y por lo pronto yo disfruto que él vaya a jugar una temporada más en la NBA”.
Ir a la versión original de la nota »
“Fue un torneo tremendo. De mucho stress. Canadá había sido el mejor equipo y por tener una mala noche con Venezuela se quedó afuera de los Juegos Olímpicos. Sólo dos equipos obtenían el pasaje y son muy pocas plazas para un deporte tan importante. Se hace una carnicería” señaló el Oveja en una interesante charla en Milenium Sports y Marketing Registrado Radio.
Con mucha tranquilidad, pero también con la claridad conceptual que lo caracteriza, agregó: “Fue una mezcla de orgullo, euforia y paz por el objetivo cumplido”.
En la previa, Argentina partía hacia este torneo preolímpico con la incertidumbre de un plantel joven aunque acompañado por las siempre importantes y eternas glorias Luis Scola y Andrés Nocioni, más la experiencia de Facundo Campazzo, entre otros. Además, la poca cantidad de cupos que otorgaba el certamen era otro factor para incrementar la falta de certezas.
Por otra parte, la sombra del ocaso de la Generación Dorada no hacía más que agregar presión al equipo.
“Acá ha habido quince años soñados de la Selección de Básquetbol, que ni los más optimistas esperaban. Argentina está lejos de ser una potencia mundial y por eso tener al equipo siempre clasificado a las competencias grandes es algo muy importante. Esto despertó un sentimiento de admiración muy grande” opinó Hernández al respecto.
En la noche de la semifinal, Argentina tuvo un espectador de lujo. Emanuel Ginóbili estuvo en las tribunas del DF mexicano sufriendo a la par del resto y muy emocionado con la clasificación ya ganada.
“Manu tuvo un gesto tremendo en ir a vernos. El sabía a lo que se exponía, con muchos mexicanos hinchas de San Antonio. Llegar ahí iba a ser una locura y sin embargo estuvo porque sintió que tenía que estar. Otro por ahí habría que no y sucedió todo lo contrario. Creo que fue porque si nos iba mal, él quería estar” señaló el entrenador.
Sin embargo, aclaró que no le consultó cuáles son sus planes para el 2016 y concluyó: “Él fue bien claro en otros momentos y por lo pronto yo disfruto que él vaya a jugar una temporada más en la NBA”.