Martes 11 de Febrero de 2014
El próximo 25 de mayo en Florianopolis, se reunirán grandes atletas de diferentes regiones del mundo para competir, y compartir una nueva edición del Ironman. Cada corredor tiene su historia, su recorrido personal, sus vivencias que lo llevaron a estar allí en ese momento, a punto de comenzar este exigente triatlón.
Ernesto García González, es argentino y viajará a Florianopolis con la gran ilusión de poder completar esta díficil competencia, pero además, llevará en su mochila de ilusiones un valor agregado que lo diferencia de los demás competidores.
Porque a ese “demostrarse que se puede”, el “Gallego” como le dicen sus amigos, decidió sumarle la marca indeleble de la solidaridad. Un enorme desafío personal, acompañado de una movida solidaria que nos invita a acompañarlo en cada kilómetro que corra, nade o pedalee, en este Ironman Solidario 2014.
Ernesto charló con Marketing Registrado acerca de sus comienzos en los triatlones, la experiencia de correr un Ironman, y de la campaña solidaria.
¿Hace cuánto corres?
La verdad es que siempre me gustó correr, desde que soy chico en el colegio ya corría mucho. Pero después jugué al rugby durante 14 años, entonces cada tanto me anotaba en alguna carrerita o triatlón e iba. Me encantaba. Fue a los 26 años que me propuse correr un poco más en serio y empecé a entrenarme puntualmente para carreras de aventura. Luego llegarían los triatlones, y con ellos el Ironman (nadar 3.9km, pedalear 180km y correr 42km).
¿Cómo es la preparación para un Iron?
El triatlón consta de 3 disciplinas: nadar, bicicleta y correr. Luego está la cuarta que es la alimentación, y si querés el descanso como quinta. La preparación es una progresión de meses de entrenamiento. Se entrena cada disciplina entre 1 a 3 veces por semana, según el tiempo que cada uno tenga o le quiera/pueda dedicar. Cuando llega el momento de competir se hacen entrenamientos combinados. Así se entrena lo que se llaman las transiciones, que es pasar del agua a la bici o de la bici a la corrida o pedestrismo.
Mi experiencia es que te lleva un año y medio si lo querés hacer bien. Y cuando hablo de bien es llegar, sin lesiones, y sin volverse un loco, simplemente llegar a la meta.
Pero si tenes un buen entrenador y hacés un proceso progresivo llega quien se lo proponga. No es que arrancás y al otro día tenés 100km de bicicleta.
La preparación es sobre todo mental, ya que todos los días tenés que dar un paso, de a un entrenamiento se llega a la meta. Y saber que muchos días y semanas pueden ser, o muy duras o muy malas, hay que bancarse eso.
¿Qué significa para vos correr un Ironman?
Cuando teníamos 13 años estábamos en Brasil en lo de un amigo y vimos en un jugo de naranja un tipo corriendo el “Ironman”. Ahí fue que dijimos “tenemos que correr uno”. Pasaron los años y todos los días pensaba en ese desafío. Después vino el rugby, los amigos, los estudios... pero cada día que pasaba me decía “no vas a cumplir 80 años, mirar atrás y decir no corrí el Ironman por vago, por plata o por lo que sea. Vas a ir sí o sí”. Y un día jugando al rugby me dije, termina el año y me pongo con todo. Así fue.
El Ironman es un desafío increíble, requiere mucho esfuerzo, y miles de virtudes que uno ni sabe que tiene (disciplina, esfuerzo, paciencia, entrega, voluntad...), y no es que hoy las siga teniendo, pero para el Ironman las tuve que usar.
En resumen, significa ganarme la autoridad moral de poder decirme: sé que puedo.
¿Cómo se te ocurrió realizar esta combinación de lo deportivo con lo solidario?
Una de las cosas que me empujaron a animarme a correr el primer Ironman fue que conocí a un sacerdote en silla de ruedas, que siendo ex deportista, había tenido un accidente en parapente, que lo dejó en la silla. Ese cura (el padre Chifri) además de ser un gran tipo, era un fanático de los deportes y un soñador. Él quería hacer algo en lo cerros de Salta y todo lo que se proponía lo lograba. Lo vi pasar de una silla de ruedas a andar en bici, de ahí a andar a caballo y a caminar con bastones. El tipo se levantaba a las 3 de la mañana a hacer ejercicios de visualización para ver si la memoria corporal lo ayudaba a caminar, todos los días a 3 de la mañana. Ver y escuchar esas historias me hicieron ver que no tenía que pasarme algo grave para jugármela y sacar lo mejor de mí, tenía que hacerlo ahora y sin excusas, hablo de dejar el rugby, y las comodidades y entrenar para un Ironman. Yo pensaba si este flaco puede levantarse a las 3 de la mañana, visualizar y después hacer kinesiología casera hasta las 12 del mediodía sin descansar, y además atender a su parroquia como yo no voy a poder levantarme a las 6 de la mañana a correr 10 kilómetros.
Lo de la movida solidaria no es idea mía, mucha gente hace estas cosas para ayudar y yo quiero ayudar al proyecto de mi amigo Chifri que espero me mire del cielo y ayude. Y además ayudar a otro Colegio de chicos de la calle que tiene como director a otro amigo
¿De qué manera se puede colaborar?
La gente puede meterse en la página idea.me y buscar mi proyecto que se llama “Ironman solidario 2014”, y ahí donar kilómetros. Cada kilómetro puede tener su dueño y la idea es que yo corra los 226km y la gente compre y done todo lo que yo corra. Es una movida ganar-ganar, a mí me ayuda a entrenarme y la gente ayuda a chicos necesitados a que sus escuelas funcionen mejor y den buena educación y deporte.
Otra forma es difundir el proyecto así más gente colabora. La cuenta en Twitter es @ironsolidario y en Facebook a través de la página deportes y vivencias.
Con esta movida solidaria, ¿tiene un gustito especial este Ironman a los otros, y a las otras competencias?
Todavía no lo sé, pero cada vez que entreno y pienso que se puede armar algo copado se me pone la piel de gallina. Ojala estar en el km 225 del irIonman y pensar: ¡Qué bueno que estuvo esto!!
Ernesto García González, es argentino y viajará a Florianopolis con la gran ilusión de poder completar esta díficil competencia, pero además, llevará en su mochila de ilusiones un valor agregado que lo diferencia de los demás competidores.
Porque a ese “demostrarse que se puede”, el “Gallego” como le dicen sus amigos, decidió sumarle la marca indeleble de la solidaridad. Un enorme desafío personal, acompañado de una movida solidaria que nos invita a acompañarlo en cada kilómetro que corra, nade o pedalee, en este Ironman Solidario 2014.
Ernesto charló con Marketing Registrado acerca de sus comienzos en los triatlones, la experiencia de correr un Ironman, y de la campaña solidaria.
¿Hace cuánto corres?
La verdad es que siempre me gustó correr, desde que soy chico en el colegio ya corría mucho. Pero después jugué al rugby durante 14 años, entonces cada tanto me anotaba en alguna carrerita o triatlón e iba. Me encantaba. Fue a los 26 años que me propuse correr un poco más en serio y empecé a entrenarme puntualmente para carreras de aventura. Luego llegarían los triatlones, y con ellos el Ironman (nadar 3.9km, pedalear 180km y correr 42km).
¿Cómo es la preparación para un Iron?
El triatlón consta de 3 disciplinas: nadar, bicicleta y correr. Luego está la cuarta que es la alimentación, y si querés el descanso como quinta. La preparación es una progresión de meses de entrenamiento. Se entrena cada disciplina entre 1 a 3 veces por semana, según el tiempo que cada uno tenga o le quiera/pueda dedicar. Cuando llega el momento de competir se hacen entrenamientos combinados. Así se entrena lo que se llaman las transiciones, que es pasar del agua a la bici o de la bici a la corrida o pedestrismo.
Mi experiencia es que te lleva un año y medio si lo querés hacer bien. Y cuando hablo de bien es llegar, sin lesiones, y sin volverse un loco, simplemente llegar a la meta.
Pero si tenes un buen entrenador y hacés un proceso progresivo llega quien se lo proponga. No es que arrancás y al otro día tenés 100km de bicicleta.
La preparación es sobre todo mental, ya que todos los días tenés que dar un paso, de a un entrenamiento se llega a la meta. Y saber que muchos días y semanas pueden ser, o muy duras o muy malas, hay que bancarse eso.
¿Qué significa para vos correr un Ironman?
Cuando teníamos 13 años estábamos en Brasil en lo de un amigo y vimos en un jugo de naranja un tipo corriendo el “Ironman”. Ahí fue que dijimos “tenemos que correr uno”. Pasaron los años y todos los días pensaba en ese desafío. Después vino el rugby, los amigos, los estudios... pero cada día que pasaba me decía “no vas a cumplir 80 años, mirar atrás y decir no corrí el Ironman por vago, por plata o por lo que sea. Vas a ir sí o sí”. Y un día jugando al rugby me dije, termina el año y me pongo con todo. Así fue.
El Ironman es un desafío increíble, requiere mucho esfuerzo, y miles de virtudes que uno ni sabe que tiene (disciplina, esfuerzo, paciencia, entrega, voluntad...), y no es que hoy las siga teniendo, pero para el Ironman las tuve que usar.
En resumen, significa ganarme la autoridad moral de poder decirme: sé que puedo.
¿Cómo se te ocurrió realizar esta combinación de lo deportivo con lo solidario?
Una de las cosas que me empujaron a animarme a correr el primer Ironman fue que conocí a un sacerdote en silla de ruedas, que siendo ex deportista, había tenido un accidente en parapente, que lo dejó en la silla. Ese cura (el padre Chifri) además de ser un gran tipo, era un fanático de los deportes y un soñador. Él quería hacer algo en lo cerros de Salta y todo lo que se proponía lo lograba. Lo vi pasar de una silla de ruedas a andar en bici, de ahí a andar a caballo y a caminar con bastones. El tipo se levantaba a las 3 de la mañana a hacer ejercicios de visualización para ver si la memoria corporal lo ayudaba a caminar, todos los días a 3 de la mañana. Ver y escuchar esas historias me hicieron ver que no tenía que pasarme algo grave para jugármela y sacar lo mejor de mí, tenía que hacerlo ahora y sin excusas, hablo de dejar el rugby, y las comodidades y entrenar para un Ironman. Yo pensaba si este flaco puede levantarse a las 3 de la mañana, visualizar y después hacer kinesiología casera hasta las 12 del mediodía sin descansar, y además atender a su parroquia como yo no voy a poder levantarme a las 6 de la mañana a correr 10 kilómetros.
Lo de la movida solidaria no es idea mía, mucha gente hace estas cosas para ayudar y yo quiero ayudar al proyecto de mi amigo Chifri que espero me mire del cielo y ayude. Y además ayudar a otro Colegio de chicos de la calle que tiene como director a otro amigo
¿De qué manera se puede colaborar?
La gente puede meterse en la página idea.me y buscar mi proyecto que se llama “Ironman solidario 2014”, y ahí donar kilómetros. Cada kilómetro puede tener su dueño y la idea es que yo corra los 226km y la gente compre y done todo lo que yo corra. Es una movida ganar-ganar, a mí me ayuda a entrenarme y la gente ayuda a chicos necesitados a que sus escuelas funcionen mejor y den buena educación y deporte.
Otra forma es difundir el proyecto así más gente colabora. La cuenta en Twitter es @ironsolidario y en Facebook a través de la página deportes y vivencias.
Con esta movida solidaria, ¿tiene un gustito especial este Ironman a los otros, y a las otras competencias?
Todavía no lo sé, pero cada vez que entreno y pienso que se puede armar algo copado se me pone la piel de gallina. Ojala estar en el km 225 del irIonman y pensar: ¡Qué bueno que estuvo esto!!