Mientras se desarrolla en las dunas de Arabia Saudita una nueva edición del Rally Dakar, los petrodólares de la región parecerían no ser suficientes para conservar la categoría más extrema del automovilismo como está y evitar que mute hacia lo eléctrico.
“El deporte motor va camino a la electrificación. Eso es inexorable. Ahora si el Dakar va en el mismo sentido, no lo sé. No voy a imponer que el Dakar sea eléctrico por el hecho de subirnos a la ola. Sí quizá pueda desarrollarse una categoría paralela por el momento. Pero hay mucho por estudiar. La carga de las baterías, la autonomía, etc”, le confesó David Castera, director general del Dakar al diario Clarín esta semana.
También agregó: “Alentamos a la participación de vehículos híbridos y eléctricos en el Dakar. Con la presencia del Extreme E avanzamos en la dirección correcta”.
Y es que, el presidente de la Fórmula E, Alejandro Agag, ya creó el Extreme E, que por primera vez se probará en un Dakar, al participar, sin clasificación obviamente, en la última etapa, en Qiddiya.
Pues, de a poco el Dakar se abre a las energías alternativas, de la mano de innovaciones de cada una de las automotrices que proveen los vehículos con sus respectivos modelos eléctricos.
Gert Huzink, por ejemplo, largó al volante de un camión híbrido Renault preparado por su equipo, Riwald, empresa holandesa especializada en el reciclaje de residuos y materiales.
Pues, si bien Agag se apropia de todo aquello que se enchufe en el mundo automotor, “hace tres años los pioneros del equipo Acciona abrieron el camino alternativo al conducir hasta la meta del Dakar un vehículo 100% eléctrico”.
Fuente: Diario Clarín