Un día después del desastroso desempeño que tuvo el equipo de Ferrari en el Gran Premio de Brasil este fin de semana, miembros de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) se acercaron a su búnker y se llevaron piezas del sistema de combustible para analizarlas en un laboratorio.
Y es que, no solamente el choque que dejó fuera de la carrera a los dos compañeros de escudería, Charles Leclerc y Sebastian Vettel fueron las malas noticias que se llevó el Cavalino Rampante, sino que también se prepara para afrontar duras sanciones que le podrían imponer desde la FIA.
Resulta que, una vieja sospecha de otros equipos afirma que Ferrari carga más combustible del que está legalmente permitido para sus carreras, acusados de presuntamente ganar unos 70 CV de potencia a través del sistema del flujo de gasolina, motivo por el cual se iniciaron las investigaciones.
No se llevaron piezas únicamente del box a cargo de Mattia Binotto, sino también de dos de sus clientes: Haas y Alfa Romeo, además de otra escudería aparte de la que sabemos muy poco.
Fue el medio alemán ‘Auto Motor und Sport’, el que reveló esta información asegurando que de comprobarse que la escudería le inyecta en el propulsor más combustible del permitido puede recibir duras sanciones en el futuro.