Su nombre está ligado al deporte pero seguramente muchos lo conozcan por sus denuncias hacia los entes que manejan el tenis. Marco Trungelliti, argentino que está 216° en el ranking mundial de la ATP, charló en Milenium Sports sobre su presente, la corrupción en el tenis y el rol de las entidades para frenarlo.

Hace más de un año, el santiagueño denunció que en 2015 fue contactado por "la mafia del tenis" para arreglar un partido por un sistema de apuestas. Desde allí su vida cambió 360°, a tal punto que tuvo que mudarse de Argentina por el hostigamiento que empezó a sufrir por parte de colegas, entre otras cuestiones.

“La ATP sigue sin pronunciarse, sin ni siquiera enviar un mensaje. Se supone que están trabajando en contra de la corrupción pero es puro de boca y poco de hechos. Lo mismo la ITF. La AAT me llamó pero quedó ahí y esto necesita de un seguimiento. Ya es tarde para tomar cartas en el asunto, pero esperemos que se pongan a trabajar. La corrupción se va a terminar comiendo el deporte, es algo que ya está pasando”, expresó.

Según él, la clave para terminar con todo esto es el interés que muestren los propios jugadores: “Todavía no han cambiado muchas las cosas, irán mejorando a medida que pase el tiempo y que los jugadores se unan y luchen por sus derechos. Por ahora es difícil encontrar un grupo de jugadores que pelen por un objetivo igual, el del bienestar de todos ellos. Dependemos que los líderes de nuestro deporte se pongan la camiseta y trabajen por la mejora de todos en general”.

Hoy en día vive en Andorra junto a su mujer y por el momento no tienen planeado volver a la Argentina. “Los viajes para nosotros se convierten en algo natural pero a veces es algo pesado. Por eso decidí venir a vivir a Andorra para no cansarme con tanto vuelo. Los costos se habían empezado a tornar complicados y teniendo base en Europa los viajes son más cortos”, explicó.

Su estadía en el Viejo Continente le da autoridad para poder comparar la realidad con nuestro país. “No solo hay un déficit económico en premios de los torneos, también hay un déficit ético enorme. Pensé que pasaba solo en Argentina pero también hubo sanciones en Europa. Pero, allí, si hay leyes en contra de esto. En Argentina está todo muy verde”, comentó.

Desde sus dichos, que abrieron un sinfín de comentarios de gente relacionada al deporte, más precisamente al tenis, Trungelliti quedó en el ojo de la tormenta. Él mismo cuenta que le llegaron amenazas, insultos, comentarios, pero, también destaca que hubo colegas que le hicieron notar su apoyo.

“Hoy por hoy me hablo con pocos argentinos porque son pocos los que bancan. Es penoso que se hayan puesto la camiseta para juzgarme y no a quienes están atrás de esto. No me parece justo que ni jugadores ni entrenadores se hayan acercado a preguntarme lo que pasó”, remarcó.

Sin embargo, señaló: “No quiero dejar de mencionar el apoyo que recibí de Mayer, Del Potro, Delbonis y McEnroe. La solidaridad en el tenis es prácticamente nula y penosa. Solo se ve la punta del iceberg de la corrupción que hay en este deporte”.

Más allá del hecho mediático, el argentino tuvo momentos deportivos importantes en su carrera. Uno de ellos fue su participación en Roland Garros de 2018. A pesar de que el resultado no fue el mejor (perdió en la segunda ronda), su llegada al mismo fue revolucionaria: “Tuvo más repercusiones de las que hubiese imaginado. No tenía muchas opciones para viajar por las huelgas, y el auto era lo más barato. Los argentinos estamos acostumbrados a viajar muchos kilómetros. Fue una anécdota muy bonita pero ya está, hay que seguir construyendo”.

Sobre su presente deportivo y económico, el 216° del ranking pronunció: “Para vivir del tenis tenes que estar dentro del Top 100. Es una fábula que los tenistas somos millonarios. Tenemos una plataforma altísima de gastos: el psicólogo, el nutricionista, el kinesiólogo, el entrenador de tenis, de físico, los pasajes y muchas cosas más. Es una mentira el premio que dicen que te llevás, porque no consideran los gastos. Tampoco te dicen cuánto te sacan por impuestos. Se hace muy pesado, te tiene que gustar mucho este deporte porque los fracasos son bastantes altos y continuos”.

Su puesto en el ranking no le permite jugar los torneos más relevantes del circuito. De hecho, los únicos a los que accede son los Challengers. Ante esto, sinceró: “No me siento orgulloso por jugar Challengers, no generan bienestar económico. Encima cada vez que los juego se me hace pesado porque siento la obligación de ganarlos para que me rindan económicamente”.

Una de las causas de este presente son las continuas lesiones que sufrió a lo largo del 2019. “Este año tuve que liderar con muchas lesiones. Se me hizo muy pesado y cuesta arriba. Lo importante es que lo pude sobrepasar y estoy listo para lo que viene. Mi carrera es de resultados esporádicos. Mi idea y objetivo para el 2020 es darle mayor continuidad, siempre cuidándome de la lesiones”, apuntó.

Otro gran momento en su carrera profesional fue su participación en la Copa Davis que ganó Argentina en 2016. Consciente del papel que ocupó (sparring), Trungelliti recuerda: “Estar ahí fue muy lindo, me hicieron sentir parte del equipo. Siempre tuve claro mi papel: no molestar y ayudar en lo que más podía”.

Según el santiagueño, el equipo tenía como cabeza a Juan Martín Del Potro: “Del Potro es como el Messi del tenis. Empuja al equipo para arriba y a los rivales para abajo. Su peso es inigualable en el tenis argentino. Después, se dio todo para ganarla. El resto del equipo se acomodó y acompañó muy bien. Ganaron cuando tenían que ganar”.

De miras al futuro, la temporada de Trungelliti tiene en agenda unos días de vacaciones y luego retomar a los entrenamientos para los inter clubes y más adelante la pretemporada para el Grand Slam en Australia.

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