A casi 10 mil kilómetros de distancia con Argentina se encuentra el Padre Juan Gabriel Arias, también conocido como “el cura hincha de Racing”, que desde Mozambique hace lo que más le gusta: llevar y predicar la palabra de Dios.
Llegó al país africano en el 2000 como parte de una misión católica pero desde 2014 decidió quedarse a vivir en la misión San Benedicto de Mangundze, una pequeña localidad ubicada a 240 kilómetros de Maputo, la capital del país y a 35 kilómetros de Xai-Xai, capital de la provincia de Gaza.
Pese a la distancia, Arias charló en Milenium Sports sobre su nuevo hogar, su rol en el país africano y cómo afecta y cuánto conocen en Mozambique sobre el coronavirus.
“Estoy preocupado. Tenemos mucho miedo, hace dos días apareció el primer caso oficial, ayer se sumaron otros dos, pero la sospecha es que hay muchos más que no se reportan porque la gente no va a los hospitales. Incluso puede haber muertes que no fueron reportadas, hay miedo que acá el sistema sanitario no aguante”, reconoció.
El gobierno decretó el cierre de las escuelas y las iglesias para evitar la propagación del virus y no llegar a lamentarse en un futuro por la falta de recursos sanitarios. “Acá normalmente hay dificultades, los pacientes están tirados en los pisos de los hospitales porque no hay camas. Ahora esta situación es mucho más complicada. En la provincia donde estoy yo hay un solo hospital, a 40 kilómetros. Tiene 10 o 12 camas para más de un millón y medio de personas”, detalló.
Pese a las medidas de aislamiento que tomaron, en Mozambique es casi imposible quedarse encerrados en sus casas porque necesitan salir a buscar agua una vez al día. “El miedo que hay con el coronavirus es que se contagia muy fácil, no hay muchos medios para prevenir. Hay focos de contagio complicados, como por ejemplo la bomba de agua manual que tenemos en la aldea donde yo vivo. Todos bombean de la misma palanca”, explicó Arias.
A falta de información porque ni las radios ni las televisiones son de acceso para todos, el propio argentino salió por el barrio a transmitir las medidas de prevención. Pese a ser un país lindísimo, con un pueblo muy amable, amigable y alegre, como el propio Arias define, tiene cosas atrasadas en el tiempo. La mayoría del país tiene una situación de vida de extrema pobreza, siendo muy precarios en la salud y educación.
Durante sus 10 años en Mozambique, se dedicó a ayudar a los más necesitados, siendo el único sacerdote de la región. Pero, además recibe el apoyo constante de la Fundación de Lionel Messi: “Con la Fundación Messi hicimos un proyecto de desayunos para los chicos, y ya es el cuarto año que lo hacemos. Para muchos de ellos es la única comida del día, y para todos es la más nutritiva que tienen”.
Un argentino que a más de 10 mil kilómetros de distancia alegra y ayuda a la vida de muchísimas personas. Empezó con un viaje y terminó siendo su hogar, al que lo fue amoldando con sus pasiones. Pintó de celeste y blanco la iglesia de Mangunze, la pequeña localidad de Mozambique donde es párroco. Mismo colores de Racing, club que lleva tatuado en su brazo derecho junto a una imagen de Jesús.