Campeonato uruguayo

‘Premios Obdulio’: el imperdible homenaje de Montevideo Wanderers para el ‘Negro’ Varela

‘Premios Obdulio’: el imperdible homenaje de Montevideo Wanderers para el ‘Negro’ Varela
Miércoles 20 de Septiembre de 2017

En el día de su centenario, Montevideo Wanderers homenajea a uno de sus máximos símbolos futbolísticos y ex emblema de la Selección de Uruguay, Obdulio Jacinto Varela.

Lejos de focalizar la propuesta netamente en sus hazañas deportivas, el Bohemio destacará en los futbolistas de cada división a quien posea más valores dentro de la cancha, tal y como buscaba promulgar El Negro jefe.

De esta manera, el club presenta los Premios Obdulio, una iniciativa que busca recuperar la honradez del deporte y hará que los miembros de todo su plantel elijan al compañero que junte más valores dentro y fuera del campo de juego.

A continuación los valores de Obdulio a evalaurse:

Liderazgo: "Entonces, siempre con la pelota entre mi brazo y mi cuerpo, me fui hacia el centro del campo. Luego vi a los rivales y les dije a mis compañeros que éstos no nos podían ganar nunca, nuestros nervios se los habíamos pasado a ellos". Los líderes aparecen en los momentos más difíciles, en las horas más oscuras. Son los que, con calma, inteligencia y sobre todo, con su ejemplo, nos llevan adelante.

Humildad: "Yo no soy caudillo. Yo no represento nada. Soy una persona como cualquier otra y lo único que me queda es la satisfacción de haber cumplido". La humildad como motor: no importa cuando ni como, Obudilio Varela nunca se sintió más ni menos que nadie.

Entrega: "Nunca miren a la tribuna. El partido se juega abajo. Ellos son once y nosotros también" El capitán bohemio lo sabía mejor que nadie: en el fútbol, con trabajo y sacri­co, no hay imposibles.

Valentía: "Yo había jugado un millón de partidos en todas partes, en canchas sin alambradas, y siempre había salido sanito. ¡Cómo me iba a achicar ese día en Maracaná, que tenía todas las seguridades!".

Compañerismo: "Los de afuera son de palo" Para Obdulio, el grupo estaba primero, siempre. No había nada más importante.