En una semana de poco movimiento desde lo deportivo para el continente, la determinación de devolver el folklore de los hinchas visitantes al fútbol argentino a partir del 2018, fue quizás la noticia principal del mes y asimismo trajo consigo un sinnúmero de preguntas.
Y es que, más allá de los mil y un cuestionamientos desde lo logístico y administrativo, clubes que han incrementado sus ingresos desde que no se juega con público visitante (Boca y River más específicamente) habían saltado ante la decisión e indirectamente le pusieron algo de presión a la organización del torneo.
Lejos de polemizar al respecto, Mariano Elizondo, presidente de la Superliga dejó en libertad de acción a quienes prefieran no habilitar el acceso para público visitante: “Las canchas de River y Boca habitualmente se ven llenas y definirán luego si quieren visitantes o no en cada fecha, al igual que el resto de los locales. Una vez que lo definan, las autoridades van a validar o no ese partido; será un paso posterior”.
En esta misma sintonía explicó también que la medida no se trata sino de una estrategia para mejorar la asistencia y reactivar la economía del fútbol, tal y como se empezó a realizar en LaLiga española.
Además especificó cómo funcionarán los ingresos a los estadios y la seguridad provista para llevar a cabo el proyecto sin mayores inconvenientes de por medio: “Vamos a tomar el ejemplo de Rusia 2018. Ellos trabajarán con el "Fan ID" y nosotros con el "Pasaporte del Hincha" donde se tendrá información del hincha y permitirá conocer al que va a la cancha; será parecido”.
En definitiva, Elizondo se mostró ambicioso y motivado por el proyecto y aseguró que “más familia tiene que ir a la cancha y para eso hay que trabajar de una manera diferente a los que se hizo antes.”