En pleno desarrollo de la primera edición de la Superliga Argentina una serie de observaciones con respecto al trabajo que realiza cada equipo interna y externamente ha calado hondo en la organización de la competencia, que en afán por mejorarlas, reveló esta semana la futura implementación de licencias habilitantes para los 26 equipos que la compongan.
Tal y como ya sucede en Alemania junto con otros países de Europa, cada club que pretenda participar de la Superliga 2018/19 no solamente deberá conservar la categoría, sino que también tendrá que estar al día en cada uno de los requisitos que le serán impuestos.
Entre otras cosas, cada club deberá estar al día en sus deudas tanto con la AFA como con sus respectivos empleados, así como también presentar un programa de desarrollo juvenil a cinco años, contar con un director de fútbol o manager en la estructura dirigencial y tener médicos, kinesiólogos, nutricionistas y psicólogos tanto a nivel profesional como juvenil.
Cada uno de los estadios será exigido de manera más estricta en cuanto a sus regulaciones y funcionamiento actuales y además cada dirigencia estará en la obligación de implementar gerentes generales, responsables de finanzas, responsables de prensa, encargado de marketing y jefe de seguridad.
Las licencias serán otorgadas de manera temporal y serán renovadas periódicamente a fin de establecer un proceso de desarrollo sostenido en el fútbol argentino de Primera División.
Por otra parte, los equipos que no cumplan con las normas establecidas, entrarán en una escala de multas que “fácilmente” conducirá a su eliminación del campeonato.
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