A menos de un año de lo que será la próxima Copa del Mundo en Rusia en el 2018, Alemania sigue siendo la selección nacional con el mayor número de efectividad y estadísticas positivas en el mundo desde su última consecución del campeonato mundial frente a Argentina en Brasil 2014.
Resulta que cada sitio de apuestas, así como también varios de los futuros protagonistas del certamen destacan a Die Mannschaft como el equipo con más probabilidades de repetir el título.
Y es que, tanto la idea de juego de la selección, como el buen presente deportivo que atraviesa la Bundesliga y cada uno de los jugadores exportados durante cada mercado de pases reflejan no solamente la punta del iceberg después del último mundial, sino también el admirable proceso de fondo promotor de un crecimiento sostenido.
Tal y como explica uno de los últimos informes especiales publicados por la Federación Alemana, no han sido sino las enseñanzas a partir de múltiples derrotas las que llevaron al equipo teutón a volver a la cima del fútbol mundial luego de 24 años de sequía.
Cabe recordar que si bien el equipo nunca dejó de ser protagonista en las respectivas copas del mundo, duras pérdidas tales como el 3 a 0 de Croacia en Francia 1998, el 0 a 2 de Italia en las semifinales del Mundial que organizó Alemania en su país, o la final que ganó Brasil en el 2002 llenaron de múltiples decepciones a sus aficionados.
No obstante, fue uno de los principales promotores del fútbol base local, Dietrich Weise, quien instauró, posterior a algunas de estas derrotas, un novedoso concepto compuesto por la creación de 115 centros regionales de entrenamiento a lo largo del país, para que ningún juvenil estuviera a más de 25 kilómetros de distancia de una red centralizada de detección.
Esto, sumado a fuertes inversiones desde la infraestructura y la liga profesional del fútbol local llevaron no solamente al éxito continental y global del equipo nacional, sino también a un proceso de crecimiento exponencial que parecería hoy no tener ningún techo.
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