Metido en internet, buscando y leyendo sobre temas de salud y bienestar, encontré esta interesante nota que quise compartir con ustedes...

¿Llama la atención cómo ha crecido la actividad física en los últimos años verdad? No sé si ha pasado algo así en las últimas décadas. Lo vemos en las calles; nos sorprendemos con la cantidad de eventos deportivos anuales y la masividad de los que participan en ellos. La cosa es sorprendente.

Cuando algo se hace masivo de manera tan contundente, es porque está dando respuesta a un problema o a una necesidad de un colectivo de individuos (más bien las dos cosas) y porque, indirectamente, está resolviendo un síntoma social. El nuevo “amo” se ha anclado en ciertas estructuras sociales y laborales: es el sedentarismo… y las urgencias ansiógenas que estresan y angustian a la gente. Hablo de “amo” porque la vida sedentaria es, en algún punto, impuesta forzosamente por las estructuras, las formas y los usos y costumbres del mundo del trabajo o del universo del estudio o de lo que sea. Digo: gran parte de la gente trabaja sentada y con su cuerpo encajonado en un metro cuadrado. Estática o parada, pero demasiado quieta. Puede ser frente a una PC o a una cinta sin fin en una fábrica o en un escritorio… ¿y en el mundo del estudio? Lo mismo, todos sentados, largas horas. Yo, por ejemplo, soy psicólogo: los instituidos dicen que tengo que estar 8 o 10 horas por día sentado, atornilladlo a mi silla para no generar distractores o no sé qué cosa en del consultante. Por supuesto que no lo hago, me paro, camino, muchas veces me voy del consultorio y hago sesiones caminando por mi barrio, o cito a pacientes en los bosques de Palermo y trabajamos en marcha… no lo hago permanentemente, y no con todos, pero lo hago. Es decir, yo puedo, mi “amo” es muy diluido, pero la mayoría de la gente se tiene que adaptar al mandato. Esto es así hace relativamente poco, desde la revolución inglesa digamos, antes, los trabajos, tenían un enorme componente físico, por eso, también, la gente no hacia tanto deporte, no lo necesitaba. Y en el territorio del aprendizaje: Sócrates enseñaba caminando junto a sus discípulos. El pensamiento funciona mejor en movimiento decía. Y la ansiedad…la “tiranía” de la ansiedad, ¡todo ya!, apuros…tensiones. La vida citadina, su mecánica, su ritmo; las grandes ciudades son verdaderas usinas de ansiedad y estrés para la gente. No hay mucha forma de “blindarse” contra eso. Siempre, por más mecanismos de regulación de la ansiedad y de esos “amos” que tengamos, siempre algo absorbemos.

Es aquí, en el contexto de este síntoma social que es la ansiedad y el sedentarismo, que emerge la Actividad Física (el running, andar en bici, los gimnasios, grupos de entrenamiento) y su crecimiento es directamente proporcional al volumen de ese mundo ansiógeno y de cuerpos estáticos que la gente… sale a entrenar. A conectarse con su cuerpo, a sentir la respiración, a transpirar. Salta al espacio de aire libre y de árboles y pájaros,…es el grito social. Liberemos ese cuerpo en tensión y tiranizado por los tiempos de la ansiedad. Eso es lo que está resolviendo la Actividad Física, combatiendo para liberar el cuerpo y el alma. Es una verdadera e inconsciente respuesta social a la cultura de la inmovilidad y del encierro. Esa es mi idea, eso es lo que yo veo y siento en la gente. También otros deportes, el gimnasio, nadar, salir en bicicleta pero la tendencia es trabajar el cuerpo, mucha gente está adaptando el running al aire libre, y con amigos porque, esta actividad, es social, en algún punto y si uno se despierta, es social. Corremos y eventualmente competimos contra nosotros mismos, pero el asunto es con otros.

Gervasio Diaz Castelli – Psicólogo

En mi experiencia personal como entrenador y amante de los deportes, aconsejo la actividad física para combatir el sedentarismo, la obesidad, la depresión, el stress, liberar la mente y fortalecer el alma para ser socialmente mejor persona y llevar una vida sana y maravillosa!!

A MOVERSE AMIG@S...