En el marco del inicio de una nueva temporada en el fútbol europeo, Austria retomó las actividades deportivas este fin de semana casi con total normalidad, a excepción de que uno de los simpatizantes del Rapid Viena, fuera encontrado in fraganti cometiendo el delito de representar símbolos nazis a mitad de un partido.
En un crimen que es penado con cárcel en dicho país, el hincha de quien no trascendió su identidad, fue condenado a 18 meses en prisión luego de que saludara desde una de las tribunas del estadio mediante el popularmente conocido “saludo nacionalsocialista”, y tras comprobar que varios de los tatuajes en su cuerpo hacían alusión a la ideología racista.
Aludiendo su estado etílico y la inconsciencia de sus actos, el acusado fue sometido a un sinnúmero de pruebas más adelante, que al final solamente sirvieron para legalmente hundirlo más.