Un ganador con convicciones. Así podría definirse, en algunas palabras a David Nalbandian. El ex tenista y actual piloto de rally argentino, cumple cinco años de su retiro profesional pero encontró en los autos su “cable a tierra”, como él mismo lo define.

En una extensa charla, en exclusiva, con Marketing Registrado y Milenium Sports por FM Milenium 106.7, el Rey David habló de todo, analizó el presente del tenis argentino y se refirió a las críticas constantes a las que están sometidos los deportistas de alto rendimiento.

“El tenis, obviamente, fue un laburo que hice con mucha pasión. Si no, es muy difícil hacerlo al alto rendimiento. A los autos los veo como un hobby, para cargar pilas. Hoy me divierten e intento hacerlo cada vez mejor. Estoy muy lejos de tomarlo profesionalmente como fue el tenis, así que nunca me van a cansar”, contó mientras se prepara para el Campeonato Argentino de Rally, que largará en Córdoba.

Desde su debut profesional en el tenis en el 2000 hasta su retiro en 2013, Nalbandian ganó 13 títulos ATP y el Masters de 2005 en una recordada final ante Roger Federer. La leyenda cuenta que a ese torneo entró por la ventana. Tenía todo listo para un fin de semana de pesca con amigos pero la baja de Andy Roddick lo obligó a saltar al court. El resto, es historia conocida.

Repasando sus estadísticas es inevitable destacar que en 2006 fue número 3 del ranking mundial. Aunque en contrapunto, este miembro destacado de La Legión Argentina va a estar marcado por siempre por las tres finales de Copa Davis esquivas en 2006, 2008 y 2011.

“El tenis es un deporte muy muy difícil, donde tenes que sacrificar mucho y aún así nadie te garantiza nada. Yo estoy muy tranquilo con las decisiones que tomé porque siempre las hice pensando en lo mejor para mí o para mí país según el momento. Sufrí algunas lesiones, pero no me reprocho nada porque en ese momento sentía que era lo que tenía que hacer”, señala el de Unquillo.

Y agrega: “La presión la sentía más en Copa Davis. Ahí te das cuenta de que el país está mucho más pendiente. A los torneos se los toma más personal. La Davis te involucra directamente con la bandera, la Selección”.

Cuesta creerle, pero cuenta que logró desprenderse casi por completo del deporte blanco. “Hoy miro muy poco tenis. Solamente cuando estoy en mi casa y no hay nada para ver o no tengo nada para hacer. Tal vez pongo la tele y de casualidad hay un partido. Por ejemplo, me enteré que Federer ganó Australia porque me contó un amigo. No me costó cortar para nada. Las etapas se cumplen, los ciclos se terminan y hay que seguir”, relata con simpleza.

Y rápidamente, toca un tema que se aplica a cualquier deportista de elite argentino: “Vivimos en una sociedad muy exitista, y partiendo desde esa base es prácticamente imposible dejar conforme a todos. Si ganaste una, tenes que ganar dos. Si ganaste dos, tenes que ganar tres. Y si no ganaste ninguna tenes que ganar. Es muy difícil ser número uno, ganar la Davis o un Mundial. Se tienen que dar muchos factores”

“Lo que me duele escuchando la crítica general es que yo estoy convencido de que los que primero quieren ganar son los jugadores. No me entra en la cabeza que haya jugadoras que quieran entrar a perder. Uno se prepara para entrar a ganar y sueña con estar en ese lugar y en ese momento. El que critica con mala leche da bronca porque no tiene idea lo que significa entrar a representar a un país”, añade.

Por último, Nalbandian se anima a hablar de política, en este caso orientada al tenis. En pocas semanas Agustín Calleri y José Luis Clerc, en principio, buscarán la presidencia de una Asociación Argentina de Tenis que necesita renovarse.

“Para ser honesto, Calleri contó que nos habíamos juntado en 2016 por primera vez. Eso es verdad, hablamos del tema, surgieron algunas inquietudes y propuestas. En un momento me quise acercar pero después no compartí algunas cosas como para involucrarme directamente con ellos y no tomé partido. Acá lo que hay que priorizar es que el deporte crezca, tratando de ayudar todos desde algún lugar, y que Argentina pueda tener la cantidad de jugadores que tuvo en algún momento”, dice.

Un Nalbandian auténtico. Dentro y fuera de la cancha.