Sin dudas el tiro es un deporte que no se encuentra entre los más practicados ni entre los más famosos del mundo pero, al igual que el fútbol, el handball o el básquet, te permite ser un atleta olímpico. Federico Gil es tirador olímpico, además de abogado recibido de la Universidad de Buenos Aires y esta semana habló con Marketing Registrado sobre su disciplina. Practica este deporte desde que tiene 12 años.

“El 2017 ha sido un muy buen año en particular por haber podido ganar la Copa del Mundo de Chipre en el mes de abril en la categoría Skeet. Como deportista para mí fue una gran alegría. Es la primera vez en 30 años que esta medalla es para la Argentina. Entre los objetivos que tenía para este año estaba el de ser medallista en alguna de las copas del mundo o el Mundial, lo logré en la copa de Chipre. En el Mundial me quedé un poco con la sangre en el ojo ya que quedé a un plato de ser finalista y medallista. Sigo en el Top Ten del ranking mundial asique sigo adelante”, contó Gil haciendo un repaso de su año de competencia. En los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 ocupó el puesto 27° de la clasificación general.

La práctica y el entrenamiento de este deporte suele ser poco conocido y es él quién mejor puede explicarlo: “Para ser un tirador de elite te tenés que convertir en una máquina de romper platos, la única manera de practicar es tirando entre unos 50 a 60 mil tiros al año, esto significa 250 a 500 tiros diarios. En competencia en sí, uno tira no más que 125 platillos, es decir yo tiro cinco o seis competencias diarias, mínimo 20 veces al mes. Eso es en cuanto a lo técnico. El aspecto físico lo entreno tres veces por semana con un entrenamiento muy particular. En el tiro, estar menos entrenado físicamente es preferible antes que pasarse de rosca porque podés perder elasticidad. Este es un deporte de mucha velocidad de reacción”.

Al ser un deporte poco practicado y difundido son pocas las marcas que se acercan a los deportistas. Federico Gil es Embajador Provincia Seguros, y la empresa lo acompaña en su día a día: “Tener una marca nacional apoyándome hoy en día es algo anormal todavía para mí. Durante los 15 años de carrera que llevo siempre los sponsors eran de marcas internacionales relacionadas a las competencias, como por ejemplo: la fábrica de armas, de municiones o de platos que utilizaba. Esas empresas son de Alemania, Francia o Estados Unidos. Es la primera vez en mi vida que una marca nacional se preocupa por mí. Siento que tanto entrenamiento y pelea ha dado resultado”.