Rusia 2018

La verdadera historia de las camisetas azules de Argentina en México 1986

En las horas previas al encuentro de semifinales ante Inglaterra el equipo argentino no tenía camisetas con las que disputar el partido.
La verdadera historia de las camisetas azules de Argentina en México 1986
Jueves 19 de Abril de 2018

Eran las horas previas a un partido muy importante para la Selección argentina en el Mundial de México 86. Los cuartos de Final del certamen debían jugarse contra Inglaterra, rival que no era nada fácil para los argentinos por los históricos enfrentamientos que habían ocurrido en la Guerra de Malvinas años antes.

En el sorteo de la FIFA para estipular que equipo sería local y cuál sería visitante, se decidió que Argentina jugaría con la camiseta suplente, la azul, de la cual sólo los utileros habían llevado dos juegos y los jugadores habían cambiado en el partido anterior con los jugadores de la Selección uruguaya.

Tras el inconveniente de los utileros no tener camisetas, los delegados de la Selección argentina debieron salir a buscar nuevas camisetas por todo el Distrito Federal mexicano. Así anduvieron paseando por la ciudad hasta largas horas de la noche hasta que en un local de ropa consiguieron unas que podrían ser usadas, pero cuando volvieron a la concentración Carlos Bilardo les bajó el pulgar porque eran de una tela muy pesada.

Ante esta respuesta los delegados debieron salir otra vez a buscar camisetas y tras varias vueltas lograron dar con unas remeras de la misma marca que vestía a la selección, pero eran de fútbol americano. Siendo estas las únicas con las que habían logrado dar, volvieron a la concentración del Club América, donde estaba el plantel argentino y volvieron a recibir la desaprobación de Bilardo. Pero cuando todo parecía perdido apareció Diego Maradona, que se acercó y quedó encantado con la tela y el color. Tras la aprobación del 10, Bilardo aflojó y aceptó la nueva camiseta.

Estas, que eran de fútbol americano, contaban con un sistema de refrigeración muy bueno para la época, pero no tenían el escudo argentino. Fue entonces que las encargadas de la cocina de la concentración debieron cortar los escudos de la AFA de otras camisetas y bordarlos, al igual que los números de los jugadores en la espalda.