De estar cargado en brazos en aquella recordada postal de Mónaco 1999 a ser el alcanzapelotas que transmitía los mensajes de su padre para los jugadores más lejanos en el campo de juego, Nahuel Gallardo es hoy una de las mayores promesas de River y ya sueña con su debut de la mano de su padre.
Lateral izquierdo de gran despliegue y manejo de pelota, Nahuel se formó en las inferiores del Millonario y hasta hace no mucho se entrenaba con la Reserva del club. No obstante, su buen desempeño y la necesidad de encontrar recambio constantemente en todas las posiciones llevó a su padre y entrenador de la Primera, Marcelo Gallardo, a probar con él en una de las prácticas de su equipo.
Sin ser parte aún de ninguna lista de convocados pero con las posibilidades e ilusiones intactas, Nahuel sería el cuarto jugador en ser dirigido por su padre en River Plate, tras los casos de Ramón y Emiliano Díaz; Luis y Luis Jr. Cubilla y Ángel y Omar Labruna.
En dos contrastantes escenarios se dice que Labruna prefería no hacer jugar a su hijo para evitar suspicacias por encima de sus condiciones, mientras que Cubilla hacía todo lo contrario.
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En el caso de los Díaz se podría abrir un capítulo aparte, sin embargo hoy son uno de los más reconocidos cuerpos técnicos en el continente.
El día de su debut, Ramón confesó: “Él (Emiliano) debutó porque hizo el sacrificio durante toda la temporada, demostró progresos, se esforzó mucho y no hay dudas de que se merecía esta oportunidad. Eso puso contentos a todos. A partir de esto, él se va a dar cuenta de lo que significan River y el nivel profesional que hay aquí”.
Fuente: Diario Olé
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