Mundial de clubes

Mundial de clubes: 9 reglas infaltables dentro del estadio en Emiratos Árabes Unidos

Mundial de clubes: 9 reglas infaltables dentro del estadio en Emiratos Árabes Unidos
Viernes 14 de Diciembre de 2018

River se prepara para iniciar su participación en el Mundial de clubes desde las semifinales este martes 18 de diciembre y las curiosidades en el país en donde se desarrolla no dejan de sorprender a propios y extraños en las redes sociales.

Y es que, más allá del inevitable alcance de la globalización en todo el planeta, algunas tradiciones se mantienen intactas en ciertos rincones del globo, siendo una auténtica novedad para sus visitantes.

En esta ocasión el país emiratí del golfo sorprende por su manera de vivir el fútbol, a diferencia de como sucede históricamente en otras latitudes, e incluso existen reglas escritas en inglés y en árabe en las afueras del Tahnoun bin Mohammed, estadio de la misma ciudad de Al Ain que no será sede del Mundial pero que explica cómo se disfruta del deporte en la región.

Inaugurado en 1987, el escenario deportivo cuenta con una capacidad de 22 mil espectadores y es principalmente el escenario del Al Ain FC, que también hace de local en el Estadio Hazza bin Zayed, que sí es sede y también alberga los partidos de la Selección nacional.

Pablo Lisotto, periodista de La Nación fue quien compartió una fotografía con nueve reglas de oro para disfrutar de un encuentro en Emiratos Árabes Unidos.

1) No está permitido entrar con ninguna clase de botella.

2) No se permite el ingreso de materiales inflamables.

3) No se permite ingresar con fuegos artificiales.

4) Comprometerse a alentar con justicia. Eso contribuye a lograr la victoria.

5) Respetar a los equipos y a los jueces del partido.

6) Alentar continuamente al equipo durante el partido, sobre todo en los momentos difíciles en los que el equipo necesite ayuda.

7) No arrojar nada dentro del estadio.

8) No jurar o mostrar un comportamiento inadecuado.

9) Exhibir el lado civilizado del club Al Ain y de sus fanáticos.


Fuente: La Nación